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martes, diciembre 21, 2004

Noticias de las once

Son las once, las once en Canarias.

Abrimos con consumismo compulsivo. Andar hoy por las calles de Oxford Street era prácticamente imposible. Si ya normalmente (sobre todos los fines de semana) es un infierno, durante estas fechas hay que tener un valor de campeonato. Me he dado cuenta del peso que me he quitado de encima desde que decidí no hacer regalos por navidad. Nada de estrés de última hora ni de esquivar a otros rezagados como yo. No hay regalos para nadie. Y punto. Y aunque tampoco los recibo, juro que soy igual de feliz, o más.

En Hamleys, la que dicen que es la tienda más grande del mundo, o al menos la más famosa, hay colas por las mañanas antes de entrar. Creo que si cuando era niño me hubieran llevado a esa tienda habría caído fulminado de un ataque al corazón por tanta emoción. Si en la tienducha de mi pueblo ya todo me gustaba y no sabía que elegir, supongo que si fuera a escoger mis regalos a Hamleys me cagaría todos los años en los reyes magos y los tacharía de cutres por siempre jamás por no traerme todo lo que les habría pedido, al menos hasta que llegara la gran revelación (esa que relaciona a reyes y padres, y que, por cierto, ya no recuerdo cuándo descubrí).

En la sección espectáculos, he empezado a escuchar el disco de Los Planetas ("Los Planetas Contra La Ley De La Gravedad"), y, aunque a Ana le encanta, a mí en principio me ha dejado un poco frío. Tendré que escucharlo más, porque por regularcillos que sean algunos de sus discos, siempre se sacan de la manga algunas canciones estupendas en todos ellos (aquí puede que sea ¨No Ardieras¨, o "Y Además Es Imposible", o ambas). También es verdad que para mí su último gran disco fue "Una Semana En El Motor De Un Autobús", y que desde entonces han ido entregando obras menores y más anodinas (de "Encuentros Con Entidades" y "Unidad De Desplazamiento" confundo incluso los títulos, algo especialmente hiriente después de lo que diré en el siguiente párrafo).

Aún así, de Los Planetas debo decir que tienen más grandes canciones por metro cuadrado que todos los grupos españoles de los últimos veinte años (por lo menos), Astrud aparte, y que lo que siempre me ha fascinado aparte de las letras y su espectacular uso de las guitarras (a mí que siempre he sido chico teclados, no guitarras) son los títulos de sus canciones, tan eufónicos y evocadores, y a los que tantas veces homenajeo/plagio por aquí. Yo de mayor quiero poner títulos tan bonitos como los de Los Planetas: "No Ardieras", "Mi Hermana Pequeña", "Jose Y Yo", "Jesús", "Segundo Premio", "La Copa De Europa", "Santos Que Yo Te Pinte", "Vas A Verme Por La Tele", "San Juan De La Cruz", "Corrientes Circulares En El Tiempo", "El Artista Madridista", "Pesadilla En El Parque De Atracciones", y así, hasta el infinito y más allá.

En deportes, resulta que el Real Madrid va y ficha a Arrigo Sacchi como director de fútbol y nombra a Butragueño vicepresidente. Pues vaya. Aunque lo del fútbol es una cosa completamente irracional (y que todo el mundo dice que no me pega nada que me guste), y yo seré del Madrid forever and ever, esté quien esté al mando, no es esto lo que me gusta ver en el equipo de mis amores. Aunque fútbol y buen gusto normalmente van reñidos, a mí ya me parecía que el Madrid iría para abajo desde que el gran Valdano y Vicente Del Bosque (¡El Niño Gusano tenían una canción titulada así!) se fueron por la puerta de atrás. Ahora la pelota vuelve a estar en el otro campo, en el del Barça. Esperemos que no sea por mucho tiempo y que pronto volvamos a levantar cabeza. Y tengo la esperanza de que sea con el regreso de Valdano y de otro grandísimo que más pronto que tarde volverá al sitio del que no debió irse jamás. Hablo de Fernando Redondo.

Y finalizamos con el tiempo. Se prevé que siga la tónica general de los últimos días y semanas: mucho frío pero poca agua.

Esto es todo por el momento. Gracias por su atención y muy buenas noches.

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