Espacios y tiempos
Tras tomarme una jornada de asueto después de muchos días de publicación ininterrumpida, vuelvo con una entrada miscelánea, género que también hacía tiempo que no tocaba.
- Los famosos autobuses rojos de dos pisos de Londres (popularmente conocidos como Routemasters) tienen los días contados. Una de las líneas que yo utilizo habitualmente para ir a trabajar (la 159) es de las pocas que los sigue utilizando, y al parecer no por mucho tiempo. Dejarán algunos en circulación, pero más como atracción turística o con otros fines diferentes al del transporte regular de pasajeros. Están siendo sustituidos por nuevos (y más feos) modelos también de dos pisos y por los "gusanos", esos buses tan largos con un fuelle en el medio. Las ventajas de los Routemasters son su maniobrabilidad en una ciudad como Londres (son muy estrechos, lo cual también se nota en los asientos, donde dos personas se acomodan con dificultad) y que, al carecer de puerta, te puedes subir o bajar donde más te convenga, sin tener que esperar a una parada. Esto es visto por sus detractores como un inconveniente, ya que pone en riesgo la integridad de pasajeros intrépidos que se apean cuando todavía no está detenido del todo o que intentan subirse cuando ya lleva una velocidad considerable (yo ya he visto leñazos de cuidado). Otros defectos son la poca o nula accesibilidad para minusválidos que tienen o lo fríos que son en invierno (y eso que tienen calefacción). La verdad es que se han quedado un poco antiguos y son incómodos, pero da pena que vayan a eliminar uno de los iconos fundamentales de la ciudad. Para mí la mejor idea sería hacer una versión de diseño más moderno pero manteniendo los rasgos fundamentales del anterior, al estilo de lo que se hizo en coches con el Mini o el VW Beetle.
- Día sí, día no, me planteo la posibilidad de dejar de tener teléfono móvil. Hay varias razones, y una de ellas de mucho peso: odio hablar por teléfono. Si además es con alguien que no conozco de nada (a un servicio de atención al cliente, por ejemplo) me pongo muy nervioso, necesito contacto visual. Nunca suelo llamar a nadie "sólo por llamarlo", para saber qué tal le va. Bueno, con mis amigos de España suelo hacer excepciones (muy poco a menudo), porque no existe la posibilidad de intercambiar impresiones "en directo", algo que prefiero mil veces. Últimamente incluso me llama gente y no cojo el teléfono porque simplemente no me apetece hablar. No lo hago con mala intención, sino que no tengo ganas en ese momento de tener una conversación con nadie, o igual es un síntoma más de un cierto carácter antisocial que se me está poniendo. Lo cierto es que tengo un contrato por el que pago un fijo al mes en el que van incluidos cien minutos gratis en llamadas, y no suelo utilizar más de veinte o treinta. Creo que hoy en día lo único que me empuja a seguir teniendo móvil son ciertas ventajas, como lo útil que es para quedar con alguien o localizarlo, o para estar uno mismo localizable en caso de necesidad.
- Y ayer fui al cine a ver "The Jacket", dirigida por John Maybury y protagonizada por Adrien Brody (por cierto, me llamó mucho la atención lo cachas que está este hombre). Había visto el trailer y la peli tenía muy buena pinta. Pues vaya chasco. Para mí sobre todo, el fallo está en el guión, que muchas veces me parece extraordinariamente torpe e ilógico. Es un thriller de ciencia-ficción mezclado con otro subgénero que no cito por no desvelar nada si alguien la piensa ver. Pero, vamos, que no me gustó nada y a ratos me resultó molesta, algo parecido a lo que ya comenté el otro día con respecto al disco de Daft Punk. No sé si me estoy haciendo mayor para estas cosas, pero la proliferación de ruiditos estridentes, unido en este caso a los continuos flashes e inserciones de planos ultracortos, me resulta de lo más incómodo para la vista y el oído. Eso sí, en los foros de IMDb hay muchas discusiones sobre la película, que hay gente a la que le ha encantado y a la que le ha dado mucho que pensar y analizar. En España creo que no se estrena hasta agosto.
- Los famosos autobuses rojos de dos pisos de Londres (popularmente conocidos como Routemasters) tienen los días contados. Una de las líneas que yo utilizo habitualmente para ir a trabajar (la 159) es de las pocas que los sigue utilizando, y al parecer no por mucho tiempo. Dejarán algunos en circulación, pero más como atracción turística o con otros fines diferentes al del transporte regular de pasajeros. Están siendo sustituidos por nuevos (y más feos) modelos también de dos pisos y por los "gusanos", esos buses tan largos con un fuelle en el medio. Las ventajas de los Routemasters son su maniobrabilidad en una ciudad como Londres (son muy estrechos, lo cual también se nota en los asientos, donde dos personas se acomodan con dificultad) y que, al carecer de puerta, te puedes subir o bajar donde más te convenga, sin tener que esperar a una parada. Esto es visto por sus detractores como un inconveniente, ya que pone en riesgo la integridad de pasajeros intrépidos que se apean cuando todavía no está detenido del todo o que intentan subirse cuando ya lleva una velocidad considerable (yo ya he visto leñazos de cuidado). Otros defectos son la poca o nula accesibilidad para minusválidos que tienen o lo fríos que son en invierno (y eso que tienen calefacción). La verdad es que se han quedado un poco antiguos y son incómodos, pero da pena que vayan a eliminar uno de los iconos fundamentales de la ciudad. Para mí la mejor idea sería hacer una versión de diseño más moderno pero manteniendo los rasgos fundamentales del anterior, al estilo de lo que se hizo en coches con el Mini o el VW Beetle.
- Día sí, día no, me planteo la posibilidad de dejar de tener teléfono móvil. Hay varias razones, y una de ellas de mucho peso: odio hablar por teléfono. Si además es con alguien que no conozco de nada (a un servicio de atención al cliente, por ejemplo) me pongo muy nervioso, necesito contacto visual. Nunca suelo llamar a nadie "sólo por llamarlo", para saber qué tal le va. Bueno, con mis amigos de España suelo hacer excepciones (muy poco a menudo), porque no existe la posibilidad de intercambiar impresiones "en directo", algo que prefiero mil veces. Últimamente incluso me llama gente y no cojo el teléfono porque simplemente no me apetece hablar. No lo hago con mala intención, sino que no tengo ganas en ese momento de tener una conversación con nadie, o igual es un síntoma más de un cierto carácter antisocial que se me está poniendo. Lo cierto es que tengo un contrato por el que pago un fijo al mes en el que van incluidos cien minutos gratis en llamadas, y no suelo utilizar más de veinte o treinta. Creo que hoy en día lo único que me empuja a seguir teniendo móvil son ciertas ventajas, como lo útil que es para quedar con alguien o localizarlo, o para estar uno mismo localizable en caso de necesidad.
- Y ayer fui al cine a ver "The Jacket", dirigida por John Maybury y protagonizada por Adrien Brody (por cierto, me llamó mucho la atención lo cachas que está este hombre). Había visto el trailer y la peli tenía muy buena pinta. Pues vaya chasco. Para mí sobre todo, el fallo está en el guión, que muchas veces me parece extraordinariamente torpe e ilógico. Es un thriller de ciencia-ficción mezclado con otro subgénero que no cito por no desvelar nada si alguien la piensa ver. Pero, vamos, que no me gustó nada y a ratos me resultó molesta, algo parecido a lo que ya comenté el otro día con respecto al disco de Daft Punk. No sé si me estoy haciendo mayor para estas cosas, pero la proliferación de ruiditos estridentes, unido en este caso a los continuos flashes e inserciones de planos ultracortos, me resulta de lo más incómodo para la vista y el oído. Eso sí, en los foros de IMDb hay muchas discusiones sobre la película, que hay gente a la que le ha encantado y a la que le ha dado mucho que pensar y analizar. En España creo que no se estrena hasta agosto.
ante este tipo de entradas solo puedo decir... vaya caos! jajaja
jo pues me parece fatal que quiten los aurobuses estos! que les pongan puertas! o no se... pero esque si no que va a ser de londres... las cabinas los autobuses los parkimiters... oye hace mucho que no hablamos eh!
Dios... esos autobuses no tienen puertas?? Es que entonces lo del frío será insoportable no? Desde luego si desaparecen están haciendo un flaco favor a la imagen de la ciudad, porque es de lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en Londres.
Lo de hablar por teléfono realmente es un coñazo, sobre todo porque nunca coinciden ganas de hablar/llamada. Generalmente cuando mas ocupado estás recibes una llamda de esas que sabes que va a ser larga. Y cuando esperas el bus, estás andando por la calle sin hacer nada o te estás tomando un cafe solo en la cafetería en plan autista, nada de nada, con lo bien que vendrían. Aunque peor es que tu número de casa haya pertenecido anteriormente a una asociación de ludópatas y a una empresa de telefonía, y que constantemente estén preguntando por la dichosa asociación...
En contra de lo que pueda parecer, lo de que no tenga puerta tampoco da tanto frío, sobre todo si vas en el piso de arriba. Peor es la extraña manía que tiene la gente de abrir todas las ventanillas del bus en pleno invierno. algo que nunca entenderé.
Publicar un comentario
<< Home