Marineros, soldados, solteros, casados

Wanderley (o Wanderlei, o Vanderlei, o Vanderley, de todas estas formas lo he visto escrito según el medio de comunicación) es el nuevo entrenador del Madrid. Espero que a este señor con nombre de súperheroe le vaya muy bien, pero que conste que para mí lo de este año y mi equipo es error tras error. Ni me gustaba el Macho Camacho (que siguiendo con lo de los héroes siempre me ha recordado a He-Man, con su cabeza achatada por los polos), ni me gusta Butragueño de director general-vicepresidente, ni creo que Sacchi tenga nada que aportar a estas alturas, ni me parece que este Luxemburgo vaya a hacerse más famoso que su homónimo país europeo. Para mí el futuro del Madrid pasa por alguno de los siguientes nombres: Jorge Valdano, Víctor Fernández, Rafa Benítez, Vicente Del Bosque, Fernando Redondo. Amén.

Pero se supone que hoy es un día de esos de hacer balance.

En lo musical, a priori un año flojito, sin sorpresas. Lo que más me preocupa es que sigan proliferando bandas como The Vines, The Thrills, The Killers, The Hives, The Libertines, Razorlight, Snow Patrol, Kings of Leon..., que aparte de alguna canción resultona me parece que aportan poco o nada al panorama musical. Pero al mismo tiempo, un año en el que han sacado disco nuevo (y en la mayoría de los casos bueno o excelente) algunos de mis artistas favoritos, como Astrud, Chico y Chica, Los Planetas, Fangoria, Björk y Morrissey; y que nos ha dado agradables sorpresas como Franz Ferdinand o Keane, es difícil calificarlo como malo. Y además, sobre todo, ha habido grandísimas canciones, algunas de las cuales ya listé días atrás.

Más cosas positivas: los viajes a Madrid (con esa fiesta En Plan Travesti plagada de famosos, uno de los highlights no solo del año sino también de mi vida) y Murcia; la vuelta de internet a casa después de un par de añitos tirando de cíber; mi iPod, que ha hecho mucho más agradables y amenos mis viajes en bus al trabajo; mi querido ordenador que hoy exactamente cumple un añito (¡qué haría yo sin ti!); la boda de mi hermano (con el que me siento más unido que nunca); y otras muchas cosas que han hecho de este un buen año en general.

Lo negativo, mejor olvidarlo, aunque tampoco ha habido tanto.

Y cómo no, 2004 también fue el año en el que nació este blog tan terapéutico para mí y que os agradezco que leáis, aunque nunca nadie comente nada. En 2005, más y mejor.

A todos, muchas gracias, y os deseo un 2005 buenísimo.

Besos.

Juan.