Vivir cada día
Para que se vea que de vez en cuando salgo de casa, cuento telegráficamente algunas de las cosas que he hecho hoy.
- He ido a devolver al H&M una camisa que me compré la semana pasada, porque me he dado cuenta de que iba a ser muy difícil de planchar, la actividad doméstica que más odio con diferencia. Creo que es la primera vez que devuelvo una prenda de ropa a una tienda, por extraño que parezca.
- Luego he ido a cortarme el pelo, algo que siempre pospongo por pereza y porque no me gustan las peluquerías. Afortunadamente, la ventaja de raparse con maquinilla es que nunca tardan más de cinco minutos.
- Quería comprarme un sillón hinchable para mi habitación, pero estaba agotado en los dos Argos a los que he ido. Luego he mirado en la página web y no lo tienen en ninguna de sus tiendas de Londres, o al menos en las que están relativamente cerca de mi casa. No sabía que los sillones hinchables tenían tanto éxito, o quizá es al revés: no los compraba nadie y han dejado de tenerlos en stock.
- He estado en casa de Laura y me he enterado de que, casualidades de la vida, está aquí pasando unos días un viejo conocido al que, por circunstancias que no vienen al caso, no me apetece nada ver. Es el novio de la compañera de piso de una amiga de Laura (qué lío), y Laura no sabía que yo lo conocía. Antes de saber esto, casi quedamos para tomar algo todos juntos, y me alegro de haberme enterado antes porque habría sido una situación un poco violenta.
- Al llegar a casa, he mirado qué tal va la subasta del primer producto que vendo en eBay. Pues fatal. De momento sólo una puja y por un precio infinitamente menor al que estoy dispuesto a venderlo. Todavía quedan ocho días, pero me da a mí que nadie lo va a comprar, le he puesto un precio de reserva demasiado alto.
- He ido a devolver al H&M una camisa que me compré la semana pasada, porque me he dado cuenta de que iba a ser muy difícil de planchar, la actividad doméstica que más odio con diferencia. Creo que es la primera vez que devuelvo una prenda de ropa a una tienda, por extraño que parezca.
- Luego he ido a cortarme el pelo, algo que siempre pospongo por pereza y porque no me gustan las peluquerías. Afortunadamente, la ventaja de raparse con maquinilla es que nunca tardan más de cinco minutos.
- Quería comprarme un sillón hinchable para mi habitación, pero estaba agotado en los dos Argos a los que he ido. Luego he mirado en la página web y no lo tienen en ninguna de sus tiendas de Londres, o al menos en las que están relativamente cerca de mi casa. No sabía que los sillones hinchables tenían tanto éxito, o quizá es al revés: no los compraba nadie y han dejado de tenerlos en stock.
- He estado en casa de Laura y me he enterado de que, casualidades de la vida, está aquí pasando unos días un viejo conocido al que, por circunstancias que no vienen al caso, no me apetece nada ver. Es el novio de la compañera de piso de una amiga de Laura (qué lío), y Laura no sabía que yo lo conocía. Antes de saber esto, casi quedamos para tomar algo todos juntos, y me alegro de haberme enterado antes porque habría sido una situación un poco violenta.
- Al llegar a casa, he mirado qué tal va la subasta del primer producto que vendo en eBay. Pues fatal. De momento sólo una puja y por un precio infinitamente menor al que estoy dispuesto a venderlo. Todavía quedan ocho días, pero me da a mí que nadie lo va a comprar, le he puesto un precio de reserva demasiado alto.
hacía dias que no me dejaba caer por estos rincones...veo que no soy el único vago que anda por aki! mira que devolver la camisa! (aunk weno,por otro lado...hay que ser práctico!)
a mi lo que menos me gustaba hacer era fregar platos...hablo en pasado porque decidieron comprar un lavavajillas...jejeje!
y nada,me gusta leerte!
Es que me conozco, y sé que una camisa que sea difícil de planchar me la voy a poner poco, porque cuando decido qué me voy a poner siempre acabo eligiendo aquello que no hace falta planchar y, por lo tanto ya está listo.
A mí fregar los platos no es que me guste, pero no lo odio. En casa tenemos lavavajillas y no lo utilizamos nunca (según nosotros, "no lava bien").
Para mi lo peor no es planchar ni fregar, sino limpiar el polvo. Creo que he acostumbrado a mi alergia al mundo de los ácaros para que no me moleste en las largas semanas que transcurren entre limpieza y limpieza de estanterías.
€0, yo tengo un sofa como el que quieres, lo compre en Casa, la tienda de decoración que no se si extiste fuera de España. Al principio muy util, muy fashion, muy todo. Después, empiezan los pinchazos (tendrás que colocar alfombras o algo entre el sofa y el suelo) y las rajas provocadoas por los cafres al levantarse del sillon. Además tendrás que soportar los dichosos comentarios respecto a lo bien que se debe follar en el sillón.
Y lo de pelarse, creo que soy el único que, tras un año sin pasar por la peluquería y tras semanas de dudas sobre si pelarme o no, voy a hablar con mi peluquera y me dice que no me pela, que tenga paciencia y que me espere un poco mas hasta que coja el largo que quiero
Ay, yo lo de limpiar el polvo también lo llevo muy mal. Y limpiar mi habitación es una pesadilla, porque es una buhardilla con partes en las que el techo es muy bajo, y acabo con la espalda destrozada. Además, tenemos una aspiradora que debe de pesar cien kilos y es una gracia subirla por una escalera completamente vertical.
Lo del sillón es la opción más barata para tener algo en lo que sentarme en mi cuarto, que sólo tengo la silla del ordenador y una plegable de lo más incómodo. Además, que sea bajo me viene muy bien por lo de los techos. Pero, ¿se pincha tan fácilmente? Entre el ruido que hace la madera del suelo de mi cuarto, y los ruiditos del sillón, lo de follar en él podría ser un auténtico espectáculo audiovisual.
Los peluqueros pertenecen a una curiosa estirpe que siempre sabe mejor que tú lo que realmente quieres. Tú dile cómo quieres el pelo y ellos te dirán: "Eso está bien, pero te vendría mejor...", y acaban haciendo lo que les da la gana. Hay un monólogo de "El club de la comedia" buenísimo sobre los peluqueros. Mañana lo cuelgo.
Hombre, dentro de lo que cabe es bastante resistente. Lo único que a mi me venia ya pinchado de fábrica, por lo que tuve que comprar un pegamente especial (una especie de silicona) para arreglarlo. Después, le coloqué la alfombra y sin problemas. Lo de la raja, pues tienes que ser muy bestia para rajarlo al levantarte.
Yo te lo recomiendo, y mas por ese precio...
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