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sábado, febrero 19, 2005

No tengo miedo (al futuro)

Hoy hace tres años que Luis y yo aterrizábamos en el aeropuerto de Gatwick (que, curiosamente, nunca más hemos vuelto a utilizar), y empezábamos una aventura que, en teoría, consistía en pasarse aquí seis meses aprendiendo/practicando inglés para luego volvernos a España, más sabios y políglotos. Más listo no sé si soy, inglés sé un pelín más (no tanto como me había imaginado y hubiera deseado), pero lo cierto es que lo de regresar se fue aplazando y aquí seguimos todavía.

Para mí desde luego supuso un cambio radical en mi vida. Me vine para aquí sin experiencia laboral oficial y afrontando el reto de vivir por primera vez fuera de casa de mis padres, todo ello en una ciudad que me era completamente ajena, en la que sólo había estado en total cuatro o cinco días (en 1998) y cuyo número de habitantes multiplica apróximadamente por mil trescientos el de mi pueblo. Eso sí, siempre he tenido un feeling muy especial con Londres y siempre creí que era MI ciudad, lo que el tiempo no ha hecho más que confirmar.

Ha habido muchos momentos buenos y también muchos malos, sobre todo en las épocas en la que alguno de los dos no tenía o no encontraba trabajo. O los últimos meses en nuestra anterior casa, donde una de esas personas realmente malas y miserables con las que uno se topa de vez en cuando en la vida nos hizo la vida imposible y casi nos hizo tirar la toalla. A mí me ha rondado en varias ocasiones por la cabeza la idea de volverme, pero en aquella situación no me apetecía. A pesar de lo mal que lo pasé no quería irme derrotado, habiendo perdido una batalla, y, afortunadamente, no lo hice y todo mejoró (al repugnante tío aquel no le deseo nada bueno en su vida, jamás, creo que nunca he odiado a nadie tanto como a él).

Pero también he hecho muchas cosas que antes me parecían inalcanzables, y siempre he tenido la sensación de estar aprendiendo algo nuevo cada día, y de que todo esto me ha endurecido (positivamente) y formado como persona, y, lo que siempre digo, el efecto terapéutico que Londres ha tenido en mí es impagable. Consiguió liberar mi mente de todas aquellas preocupaciones absurdas que tenía antes de venirme para aquí, y que tan a menudo me hacían caer en la depresíón; me curó la tristeza, la frustración y aquella sensación de claustrofobia que tanto me anulaban.

Inevitablemente, pienso en el futuro, y no lo tengo del todo claro. Según el día, tanto me veo envejeciendo aquí como haciendo las maletas en un plazo relativamente corto. De quedarme aquí, lo que tendría que mejorar muy sensiblemente es el aspecto laboral, eso está claro. De mi trabajo actual lo único que me gusta es lo de las treinta horas semanales con el sueldo que tenía antes trabajando cuarenta, nada más.

Ahora que empiezo mi Gira 2005 por España (Madrid, Barcelona, Galicia), creo que es un buen momento para pensar lo que realmente voy a hacer, y comprobar si lo que veo por ahí me gusta más que lo que tengo ahora. A la vuelta del último de estos viajes (allá por abril), espero haber tomado ya una decisión al respecto. Qué nervios, ¿cuál será?

Anonymous Anónimo

Lo que cuentas que te pasó en Londres se parece bastante a mi experiencia en Madrid, donde llevo ya 18 años. Es curioso, a Londres voy muy a menudo, allí vive mi mejor amiga, y me siento muy a gusto, pero nunca me plantée seriamente vivir allí. No sé, reflexionando creo que es una existencia un poco más solitaria que, por ejemplo, Madrid. Pero mola, mucho.
Ah! Espero que cuando pases por aquí nos tomemos un café, o algo...

11:52 p. m., febrero 19, 2005  
Blogger eurocero

En persona decepciono bastante, funciono mejor como personaje virtual, la timidez me bloquea. Aunque un café (o algo..., tan La Casa Azul) nunca se lo niego a nadie. Advierto que la útlima vez me dijeron que no esperaban que fuera... tan convencional (sic). Y eso que nunca he negado que soy de pueblo...

1:59 a. m., febrero 20, 2005  
Anonymous Anónimo

pues yo no estoy para nada de acuerdo contigo, eres una persona fascinante y encantadora... un poco tímido, quizás, pero eso también forma parte de tu encanto..
Ana Hache

10:44 a. m., febrero 20, 2005  

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