Soy una paja en el ojo
El martes, tomando café con una compañera de trabajo, tuvimos un pequeño diálogo parecido a éste:
Ella: Hay que ver lo consumista que es la sociedad en la que vivimos. Se inventan cosas como lo del día de los enamorados, que no tiene ninguna tradición, sólo para que la gente se gaste el dinero en cosas inútiles.
Yo: Ya, yo ayer fui al cine y estaba lleno de parejas. Y en la calle había decenas de vendedores de flores haciendo su agosto. La gente muchas veces necesita excusas como un día así para demostrar lo que sienten y nos han inculcado que lo podemos demostrar con una flor, una caja de bombones o un diamante.
Ella: Yo lo veo completamente absurdo, el amor hay que demostrarlo día a día, no el 14 de febrero porque sí.
Yo: ¿Tú has regalado algo?
Ella: ¿Yo? Bueno, sí, una tontería de nada a mi novio. Pero que conste que lo del día este me parece fatal.
Vale, a mí, a ella y a todo el mundo. Yo no conozco a nadie que diga: "Qué bien, qué maravillosa oportunidad nos conceden al tener un día como San Valentín en el que podemos expresar nuestro amor a nuestra pareja a través de un regalo". Pues como la Navidad, el día del padre, de la madre o del primo segundo (todo llegará). Todos protestamos, pero casi todos picamos. Así que qué menos que reconocer que los engañados somos todos, no sólo los demás.
Esta semana va de fechas señaladas: mañana es el cumpleaños de Luis (que no va a celebrar porque ya son veintimuchos y no le apetece, el típico síndrome de Peter Pan que yo también padezco, pero menos), y pasado mañana hará tres años que nos instalamos en Londres. Así que me imagino que alguna de las próximas entradas de este diario serán de esas de reflexión sobre el paso del tiempo, qué voy a hacer de mi vida y bla bla bla. Agárrense fuerte...
Ella: Hay que ver lo consumista que es la sociedad en la que vivimos. Se inventan cosas como lo del día de los enamorados, que no tiene ninguna tradición, sólo para que la gente se gaste el dinero en cosas inútiles.
Yo: Ya, yo ayer fui al cine y estaba lleno de parejas. Y en la calle había decenas de vendedores de flores haciendo su agosto. La gente muchas veces necesita excusas como un día así para demostrar lo que sienten y nos han inculcado que lo podemos demostrar con una flor, una caja de bombones o un diamante.
Ella: Yo lo veo completamente absurdo, el amor hay que demostrarlo día a día, no el 14 de febrero porque sí.
Yo: ¿Tú has regalado algo?
Ella: ¿Yo? Bueno, sí, una tontería de nada a mi novio. Pero que conste que lo del día este me parece fatal.
Vale, a mí, a ella y a todo el mundo. Yo no conozco a nadie que diga: "Qué bien, qué maravillosa oportunidad nos conceden al tener un día como San Valentín en el que podemos expresar nuestro amor a nuestra pareja a través de un regalo". Pues como la Navidad, el día del padre, de la madre o del primo segundo (todo llegará). Todos protestamos, pero casi todos picamos. Así que qué menos que reconocer que los engañados somos todos, no sólo los demás.
Esta semana va de fechas señaladas: mañana es el cumpleaños de Luis (que no va a celebrar porque ya son veintimuchos y no le apetece, el típico síndrome de Peter Pan que yo también padezco, pero menos), y pasado mañana hará tres años que nos instalamos en Londres. Así que me imagino que alguna de las próximas entradas de este diario serán de esas de reflexión sobre el paso del tiempo, qué voy a hacer de mi vida y bla bla bla. Agárrense fuerte...
publicado por eurocero a las 5:25 p. m.
pues yo debo de ser la rara del dia de los enamorados, porque la verdad enamorada estoy, pero no hago regalos, y no me gusta que me los hagan (aunque a mi lo de los regalos, bueno, como a todo el mundo, me encanta...)
Por otra parte, MUCHAS FELICIDADES A LUIS!! espero mañana tener un hueco para llamarlo, aunque tengo examen a las 4(a ver si acabo la carrera de una vez!)
BESITOS
ANA HACHE
Muchísimas felicidades de mi parte también a Luis pero sobre todo felicidades a los dos por esos fantásticos tres años en una de mis ciudades favoritas...
De lo del día de san valentín no voy a decir nada, ya sabes que ese santo o lo que sea y yo no nos llevamos muy bien, pero aún así todos los días del año me encanta que me regalen montones de flores, sean de quién sean.... y si no, suelo comprármelas yo misma cada semana.Ah! lo bueno de este año es que mi casi recién estrenado ahijado está de santo,Valentín, bonito nombre, no? es un solete.
un besazo, Charito.
Por cierto con "soy una paja en el ojo" empezaba una canción que escuchabamos de copas hace muchos años y me recuerda mucho a ti!!
Ana Haceh
A mí los regalos también me gustan, pero me hacen más ilusion los casuales, los inesperados, los que se hacen sin ningún motivo en especial, tanto hacerlos como que me los hagan.
Lo de los tres años aquí todavía no sé si es motivo de celebración. Ya pensaré y divagaré sobre ello.
Las flores me gustan, estéticamente hablando, pero que se marchiten y mueran es un poco rollo, ¿no?
"Soy una paja en el ojo" era la segunda frase, no la primera :P . La canción empezaba "Soy un barco en el desierto, soy el plomo en el mar...". Anda que no estuve yo enganchado a ese disco (que, por cierto, tengo).
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