El amigo de las tormentas

Ya vuelvo a estar aquí, esta vez enganchadísimo a "Homo Zapping" (me he traído provisiones) y todavía desternillándome al recordar la parodia de Michel Gondry y Björk que hacían en uno de los programas de "La hora chanante". No menos me reí escuchando canciones para mí inéditas del "Status" de Chico y Chica y hablando sobre ellos con Nacho (¡no estoy solo!). Pero, aparte de tele y risas, hubo más, evidentemente. Por partes.

PEOPLE ARE PEOPLE

Los dos primeros días estuve en casa de Manu y Dani, anfitriones perfectos y a los que les debo una disculpa y un e-mail como mínimo, que ni siquiera tuve el detalle el último día de llamar para despedirme. También estuve con Edu y Meritxell, antiguos compañeros míos de trabajo, tan divertido él y atenta ella como siempre, y con la sensación de que no hubiera pasado apenas tiempo desde la última vez que nos habíamos visto. Y los amigos de Nacho: Oriol, Jerome y Olivier, que me cayeron muy bien y a los que me dio pena no haber conocido más. Del propio Nacho, no diré mucho, que luego se me avergüenza, sólo que muchas gracias por todo y que le deseo toda la suerte que se merece en esa nueva aventura que todavía no ha hecho más que comenzar.

WORLD IN MY EYES

No salí ni bebí mucho, de lo cual acabé alegrándome, porque me permitió afrontar con más energía mis largos e innumerables paseos por la ciudad. El jueves fuimos un ratito al 13, en la Plaça Reial, un sitio lleno de modernos en el que pincharon sobre todo eurodance de los 90, que parece que vuelve a ponerse de moda, lo mismo que Chimo Bayo, del que también cayó el "Así me gusta a mí". El viernes estuvimos tomando algo en un par de locales por el barrio de Gracia y luego fuimos al Mond Club, que me gustó mucho, y eso (o quizá por eso) que nos pasamos todo el rato sentados en un sofá observando a la indiefauna nocturna. La música muy bien, el local muy chulo y el alcohol, eso sí, a precios prohibitivos (¡5 euros por una Heineken!). El sábado, el concierto de Astrud en el Razzmatazz, del que hablaré ahora mismo, y después nos fuimos al Raval. Estuvimos en La Concha, un surrealista santuario a mayor gloria de Sara Montiel (todo lleno, llenísimo de fotos de Ella) y un local clandestino cuyo nombre no recuerdo, si es que lo tenía.

PLEASURE, LITTLE TREASURE

Manolo llegó en su bicicleta plegable a un concierto que me gustó mucho, aunque me sobraron canciones (las "rápidas" del "Performance") y me faltaron otras ("Masaje" y "He vuelto", sobre todo), pero en hora y media es imposible meter más. A pesar de que salió Desirée a cantar "És que sí", eché de menos alguna sorpresa más, o alguna de esas impagables versiones que solían hacer antes. Genís estuvo genial, como siempre, los teloneros (Método) fueron insufribles, y descubrí, al fin, quién es ese hombre que lo hace todo en España.

WALKING IN MY SHOES

Mientras la gente de provecho dedicaba su tiempo a estudiar o trabajar, yo invertía el mío en dar largos paseos por la ciudad Condal. Estuve mucho por la Plaza de Catalunya y sus alrededores, a veces simplemente sentado en un banco viendo la gente y la vida pasar, en un ejercicio de relax por relax que echaba mucho de menos y que me impidió disfrutar plenamente otras vacaciones. Estuve en el MACBA, el CCCB y el MNAC (¡viva la sigla!), pero sólo entré a ver las exposiciones de CaixaForum (era el único museo o galería gratuito, y mi economía no está muy boyante), que tenía cosas de arte contemporáneo bastante interesantes y una exposición de Turner que me pareció bastante coñazo. Lo que más me gustó de Barcelona fue el Parc Güell, que no me lo esperaba tan grande ni tan lleno de tantos recovecos por descubrir, y la zona de Montjuic, donde, aparte de disfrutar del paisaje, tuve la sensación, visitando el Anillo Olímpico, de que los Juegos del 92 debieron de ser algo muy grande para la ciudad.

BLASPHEMOUS RUMOURS

- Me está empezando a entrar complejo de Tormenta, la de la Patrulla X. Allá donde voy, llevo el mal tiempo. Cuando fui a Murcia, lluvia y frio; en Madrid, una nevada que no recordaban ni los más viejos del luegar; y el segundo día en Barcelona, lluvia torrencial. Menos mal que la cosa mejoró en días posteriores, si no empezaría a preocuparme.

- Hasta tres personas, en lugares y situaciones distintas, se dirigieron a mí hablándome en inglés. ¿Se me habrá puesto cara de hijo de la Gran Bretaña?

- Mi bolsa se puede llevar como equipaje de mano en Ryanair pero no en EasyJet, donde prefieren lo largo a lo ancho. Vamos, que casi se puede llevar una funda de una guitarra, pero no una bolsa de deportes normal y corriente.

- Lo de que Londres es una de las ciudades más caras de Europa (y del mundo, dicen) me parece cada vez menos verdad. Hay ciertas cosas (alcohol, electrónica, música, DVDs...) en las que la diferencia es nula o incluso favorable. ¿Tanto se ha notado el "efecto euro" o ha sido siempre así?

EVERYTHING COUNTS

Siendo Barcelona una ciudad que me ha gustado bastante, tampoco he encontrado diferencias tan abismales como las que me habían contado con respecto a Madrid. Está claro que la más grande y una de las más importantes es la presencia del mar, algo esencial para mucha gente (no para mí). Tampoco la encontré mucho más cosmopolita que la capital y, definitivamente, mucho menos que Londres. Me queda pena (así que a lo mejor repito en un futuro próximo) de no haberla conocido en primavera o verano, porque sí da la impresión de que con buen tiempo es mucho más disfrutable.

Total, que me he dado cuenta en esta doble visita de que, siendo Madrid y Barcelona dos ciudades repletas de encanto, vibrante vida nocturna y esas cosas que se suelen decir (y que realmente son ciertas), la que a mí realmente me llena es ésta en la que vivo desde hace tres años, y que, de momento, aunque me ofrecieran dos por una, no cambio, señora.

Y oye, que bona nit.