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jueves, abril 14, 2005

El síndrome Fink

Al final de mi adolescencia me dio por escribir poemas. Solían ser bastante breves y tratar de amor, cómo no. Eran también una forma de llevar una especie de diario, de intentar plasmar lo que por aquel entonces pasaba por mi cabeza. Aún los conservo, y, releyéndolos, sí puedo captar un poco de mi esencia vital de aquel tiempo. Un día dejé de escribirlos porque, simplemente, dejé de considerarlo necesario.

Algo más adelante, empecé con los relatos cortos. No fueron muchos, ni muy buenos. Bueno, hay uno que sí salvaría, le tengo bastante cariño y me gusta mucho como empieza. De hecho, en varias ocasiones he partido de ese mismo principio para intentar crear cosas nuevas. Crear cosas nuevas, ese es el problema. Me da la impresión de que se me ha ido la musa, no se me ocurre ya nada. Sí, escribo el diario este, pero también echo de menos orientar algo de mi creatividad hacia la ficción. El problema es ese, que ya no me vienen nuevas historias a la cabeza.

Todo esto viene a cuento de que llevo todo el día pensando algo sobre lo que escribir aquí. Por la tarde empecé a hacer una entrada sobre The Tears, el nuevo grupo de Brett Anderson y Bernard Butler, el núcleo principal de los dos primeros discos de Suede, uno de mis grupos favoritos de la década de los 90, que regresan, a juzgar por "Refugees", su primer single, a aquel sonido y aquella fórmula que los hizo famosos. No fui capaz de terminar, y lo achaqué a la hora, porque bien sabido es que soy un ave nocturna y que mi pico de creatividad empieza después de la medianoche.

La cuestión es, ¿qué factores influyen en la inspiración? ¿Por qué ya no se me ocurren historias nuevas? ¿Por qué algunas semanas son un aluvión de ideas en la cabeza y otras me las paso con la mente en blanco? ¿Puedo tener esperanza, pues, de recobrar la habilidad de escribir cuentos o poemas? ¿Hay algún modo de "entrenar" la creatividad?

Supongo que no hay dos casos iguales, pero algo habrá escrito sobre el tema.

Blogger Mambotaxi

Eso que comentas es el principal talón de aquiles para la mayoría de los mortales: qué hacer delante de un papel en blanco. Supongo que conocerás la película "Adaptation". Yo que me rozo de vez en cuando con los guionistas de mi escuela soy consciente del esfuerzo que supone escribir algo desde cero, y lo que es más, ajustarlo a una serie de parámetros, espacios, número de personajes y género. Debe de ser un horror.
Yo he tenido que escribir (por obligación) relatos durante una temporada. Como tú dices, quizás salvaría una idea o dos, pero por supuesto considero que son una bazofia que solo me interesan a mí. Después de eso me he dado cuenta que uno debe dedicarse a lo que cree que hace mejor. Yo voy por ahi, se perfectamente lo que puedo llegar a hacer bien (artisticamente hablando), y no siento necesidad de hacer nada más.
Aunque si que es verdad que esto de la escritura, como todo, es crearse un hábito. Estoy seguro que un fotógrafo que hace una foto diaria durante toda su vida, cuando envejezca, digo yo que sabrá algo de fotografía, ¿no?. Pues una cosa que nos dijeron el primer dia es que cuando empezamos algo nuevo, tipo un nuevo trabajo, somos conscientes que al principio cometeremos errores, y los achacamos a que estamos aprendiendo. Pero cuando empezamos a escribir no nos permitimos ese proceso de aprendizaje, y queremos hacerlo bien desde el principio, cosa que es imposible en cualquier cosa de la que no sabemos nada. La escritura de ficción tiene unas reglas, unas estructuras y un ritmo que hay que aprender a transmitirle, y eso hay que aprenderlo. Por supuesto que estas reglas están para saltárselas, pero conocerlas supongo que ayudará a que todo fluya mas rápidamente.
De todas formas, el hecho de pensar que vas a escribir cada dia a mi me parece ya un gran esfuerzo que aunque no lo creas, esta dejando su poso y huella que después seguro puedes utilizar para la ficción.
Y sigue así!

12:12 p. m., abril 14, 2005  
Anonymous Anónimo

La musa esta enterrada en tu subconsciente esperando a que la exhumes.

Y por supuesto que la creatividad se sustenta en un método. Un método que hay que aprender y poner en práctica. Un método que no tiene porque ser prefabricado y academicista, pero que si ha de constar de una fuerte estructura interna que lo soporte.

Se trata de analizar tu flujo de pensamiento e intentar racionalizarlo para encontrar la esencia y el origen de los estimulos que desatan las diferentes ideas que navegan en él.
El secreto está en saber despertar a la musa y no a esperar a que se despierte. Aprender a exprimir la realidad para obtener jugo de ficción.

Vera John-Steiner, estudiosa del tema y autora del libro "Notebooks of the Mind - Explorations of thinking" (el cual recomiendo a todo aquel que le interese un poquito el pensamiento creativo), dice que el aprendizaje infantil así como las circunstancias socioculturales que nos rodean son dos de los grandes factores que determinan la creatividad. Esto viene a decir que los que de pequeños estuvieron rodeados de un ambiente estimulante y creativo tendrán más facilidad para la creación artística o científica en su madurez. Obviamente debido a que han aprendido la estructura del lenguaje creativo desde una temprana edad y lo han asumido de forma natural en su subconsciente.
Los que no hemos gozado de esta suerte tenemos que aplicar mucho más esfuerzo para conseguir resultados. Yo diría que es algo equiparable a aprender un idioma nuevo a los 25 años de edad. Nada es imposible.

Es también curioso como, Vera John-Steiner, distingue entre dos tipos de pensamiento, de los cuales somos capaces todo el mundo, pero que en cada persona predomina en mayor o menor medida uno de ellos. Pensamiento visual y pensamiento verbal. Y tú que piensas, en palabras o en imágenes?

En fin, que la creatividad hay que trabajarla, y que también existen métodos para estimularla. Véase http://www.neuronilla.com/pags/tecnicas/. (web con un nombre poco serio pero contenido didáctico).

Y en lo que se refiere a la escritura creativa, y más concretamente al campo del guión cinematográfico, del cual tengo un ligero conocimiento, existe una regla de oro: escribe sobre algo que te importe y que necesites contar.
Así que, a escribir se ha dicho!

2:08 p. m., abril 14, 2005  
Blogger eurocero

Qué curioso, gustándome tanto como me gusta "Adaptation", la película que me vino a la cabeza a la hora de abordar este tema fue "Barton Fink", de la que sólo tengo vagos recuerdos. De todas formas, me parece prodigioso que Charlie Kaufman tenga este tipo de problemas y sea capaz de solucionarlos firmando finalmente guiones tan alucinantes como los que consigue.

Escribir por obligación y tener que adaptarse a todos los parámetros que dices tiene que ser, efectivamente, un horror. Y más teniendo en cuenta que tienes que hacerlo dentro de un plazo (qué angustioso debe de ser verse sin ideas llegando al final) y que en muchos caso es un oficio muy inestable (si cobras por trabajo hecho estás muchas veces pendiente de un hilo).

Yo también creo que es muy importante crearse un hábito, y que, por ejemplo, escribir algo lamentándose por la falta de inspiración es siempre mejor que no escribir absolutamente nada. Y siempre es mucho más fácil ser consciente de los errores que uno comete y corregirlos si uno realmente los ve. Yo ahora, gracias a este blog, veo mucho más claramente cuáles son mis principales errores gramaticales y sintácticos, y las expresiones que repito más a menudo de lo que sería deseable. Si muchas veces no los corrijo inmediatamente es por la urgencia del momento, pero la siguiente vez que escribo ya hay cosas que evito, y sé que esto irá en permanente evolución.

Supongo que la musa sí esta enterrada en nuestro subconsciente, pero, caray, que difícil es a veces despertarla. Por supuesto que creo en un método y también en eso que más o menos decís ambos de que para saltarse las reglas es necesario conocerlas primero. Dentro de lo caótico que es a veces mi cerebro, intento transmitir las ideas que plasmo aquí, por ejemplo, con una cierta cohesión y estructurando los contenidos en párrafos de contenido independiente pero con un nexo común. Qué curioso, ahora veo los frutos de todos aquellos ensayos absurdos que tenía que escribir durante la carrera. De algo (o mucho) me han servido.

Aún así, dentro de lo creativo que puede llegar a ser escribir algo todos los días, de lo que me quejo es de la poca imaginación que tengo para inventarme historias ficticias. Y eso, a mí, quizá por carecer de ello, me parece más difícil de "entrenar". Ya hemos hablado alguna vez de esto, Luisito, pero siempre me dejaba muy sorprendido tu capacidad para sacarte de la manga ese tipo de historias que me contabas. Y además, siempre con su planteamiento, nudo y desenlace, en oposición a mí, que siempre partía de un personaje del que tenía más o menos clara su forma de pensar, pero no cuál era su fin ni hacia dónde iría encaminada realmente su andadura.

Leeré el libro que recomiendas, que lo de los métodos de aprendizaje siempre ha sido un asunto que me ha interesado mucho, y que también se trata en mi carrera (más orientado al aprendizaje de la lengua, obviamente). Pero me llama la atención eso que dices del ambiente estimulante y creativo que tengas y sus consecuencias posteriores. Yo no considero que mi ambiente familiar fuera de ese tipo, es más, por las características del trabajo de mis padres, siempre he pasado bastante tiempo solo, y es verdad que ese tiempo lo dedicaba en gran parte a leer y conocer cosas nuevas. Fui un niño precoz en ese sentido, pero supongo que en mi caso fue algo innato y que desde luego me ha servido de mucho. Aunque también he de reconocer que, sobre todo mi madre, muchas veces me "obligó" a apuntarme a actividades a las que yo era un poco reacio, y hoy en día estoy muy agradecido (cosas tan dispares como la mecanografía, el baile o el solfeo, cosas que aprendí desde muy pequeño).

De lo del pensamiento visual y verbal también hemos hablado en alguna ocasión. Ya te he dicho que mi pensamiento es principalmente verbal, pienso en palabras, pero no exclusivamente. Lo típico de tener una imagen mental de un sitio al que vas a ir pero todavía no has ido también me sucede constantemente.

Y acabo ya. Desde luego, parrafadas como la que acabo de soltar no pueden salir de una mente en blanco. Hacen falta estímulos, y desde luego, vosotros dos lo sois. Y sobre lo que dices al final, Luisito ("...a escribir se ha dicho!"), lo tendré en cuenta, pero una cosita: aplícate tú también el cuento, jeje.

Gracias a los dos.

3:23 p. m., abril 14, 2005  
Blogger Mambotaxi

Y lo que a mi mas me funciona: tirar de archivo en mi cabeza. Para eso, esencial llevar siempre una libretita e ir en plan friki apuntando todas las ideas, por absurdas que parezcan.

4:54 p. m., abril 14, 2005  

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