El triunfo del perfil bajo
Hablo muy poco de jurgol porque es un asunto que suele aburrir bastante, y porque ya bastante sobresaturados estamos de información deportiva en todos los medios de comunicación como para que encima me dedique yo a hacer la crónica de la jornada. Pero ya he dicho alguna vez que me gusta mucho el deporte del "esférico" (la jerga propia es lo más) y que soy seguidor acérrimo del Real Madrid. Me pregunta mucha gente que como puedo ser de este equipo, odiado a muerte por muchos, y al que se relaciona íntimamente con cosas como Franco, el centralismo, el fascismo y lindezas por el estilo, tan radicalmente opuestas a mi forma de pensar. Pues, no sé, si hiciera un estudio objetivo hoy en día para decidir a qué equipo animar quizá no hubiera elegido el mismo, pero por alguna causa desconocida (tradición familiar puede ser) siempre he sido madridista, y, además, en el fútbol, como en muchas otras cosas de la vida, lo que manda no es la cabeza, sino el corazón.
A ver, que me estoy extendiendo mucho, y la introducción sobre el "deporte rey" (qué bonito) no iba a ser más que un punto de partida para otra línea argumental, como en un capítulo de "Los Simpson". Pues nada, que, o mucho cambian las cosas, o parece que el Madrid este año no va a ganar la liga, y es cuando uno reitera su opinión de que el futuro de su equipo no pasa por estar en manos de gente como Butragueño, Sacchi, Luxemburgo y, si me apuran, Pérez, que empezó bien pero ya está empezando a escribir con renglones torcidos. Y es cuando, también, uno añora a los que ya no están: mi carísimo Jorge Valdano, y ese otro señor, don Vicente Del Bosque, el entrenador de "perfil bajo" (y aquí, sí, está el punto de conexión).
Porque siempre se dijo que Del Bosque era eso, un entrenador de perfil bajo: sobrio, sin aspavientos, poco amigo de la polémica, siempre correcto, escueto y poco dado a las críticas a los rivales. Y eso, en un deporte tan visceral como este del "once contra once" (glups) está muy mal visto. Y creo yo que está mal visto en general en una sociedad tan competitiva como la nuestra. Yo solo he sido "jefe", en el sentido de tener gente bajo mi responsabilidad, una vez en mi vida, y mi estilo era muy parecido. Nunca grité a nadie, nunca me enfadé de un modo irracional con ninguno de los empleados a mi cargo, nunca impuse esa barrera que parece obligatoria entre el trato personal y el laboral ("no se puede ser amigo de los subordinados"). Porque yo considero que el trabajo es solo una parte de la vida, que el trabajo no es la vida, y que, al salir, todos somos iguales.
Así, nunca tuve ningún problema con ellos, la relación era buena y eso hacía que se consiguieran alcanzar los objetivos marcados. Pero me cansé pronto. Aunque nunca fui cuestionado, porque hacía bien mi trabajo, sí que tenía que escuchar sugerencias "de más arriba" del tipo "más mano dura", "más disciplina", "más dinamismo" y consejos que me orientaban hacia adoptar una personalidad más propia de relaciones públicas de discoteca que de la necesaria para el cargo que tenía. Y por esa y otras razones decidí irme, también discretamente, y desaparecieron por completo mis ambiciones de liderato laboral, si es que alguna vez las tuve. Ahora vuelvo a estar en la base, con menos preocupaciones y sin que se me exija que deje de ser yo mismo.
Me alegro mucho de que Del Bosque ganara, entre otras cosas, dos ligas, dos copas de Europa y una Intercontinental, y que demostrara que la timidez, la austeridad. la seriedad y esas otras características que he citado, también pueden conducir al éxito, y que, en definitiva, el perfil bajo puede triunfar.
A ver, que me estoy extendiendo mucho, y la introducción sobre el "deporte rey" (qué bonito) no iba a ser más que un punto de partida para otra línea argumental, como en un capítulo de "Los Simpson". Pues nada, que, o mucho cambian las cosas, o parece que el Madrid este año no va a ganar la liga, y es cuando uno reitera su opinión de que el futuro de su equipo no pasa por estar en manos de gente como Butragueño, Sacchi, Luxemburgo y, si me apuran, Pérez, que empezó bien pero ya está empezando a escribir con renglones torcidos. Y es cuando, también, uno añora a los que ya no están: mi carísimo Jorge Valdano, y ese otro señor, don Vicente Del Bosque, el entrenador de "perfil bajo" (y aquí, sí, está el punto de conexión).
Porque siempre se dijo que Del Bosque era eso, un entrenador de perfil bajo: sobrio, sin aspavientos, poco amigo de la polémica, siempre correcto, escueto y poco dado a las críticas a los rivales. Y eso, en un deporte tan visceral como este del "once contra once" (glups) está muy mal visto. Y creo yo que está mal visto en general en una sociedad tan competitiva como la nuestra. Yo solo he sido "jefe", en el sentido de tener gente bajo mi responsabilidad, una vez en mi vida, y mi estilo era muy parecido. Nunca grité a nadie, nunca me enfadé de un modo irracional con ninguno de los empleados a mi cargo, nunca impuse esa barrera que parece obligatoria entre el trato personal y el laboral ("no se puede ser amigo de los subordinados"). Porque yo considero que el trabajo es solo una parte de la vida, que el trabajo no es la vida, y que, al salir, todos somos iguales.
Así, nunca tuve ningún problema con ellos, la relación era buena y eso hacía que se consiguieran alcanzar los objetivos marcados. Pero me cansé pronto. Aunque nunca fui cuestionado, porque hacía bien mi trabajo, sí que tenía que escuchar sugerencias "de más arriba" del tipo "más mano dura", "más disciplina", "más dinamismo" y consejos que me orientaban hacia adoptar una personalidad más propia de relaciones públicas de discoteca que de la necesaria para el cargo que tenía. Y por esa y otras razones decidí irme, también discretamente, y desaparecieron por completo mis ambiciones de liderato laboral, si es que alguna vez las tuve. Ahora vuelvo a estar en la base, con menos preocupaciones y sin que se me exija que deje de ser yo mismo.
Me alegro mucho de que Del Bosque ganara, entre otras cosas, dos ligas, dos copas de Europa y una Intercontinental, y que demostrara que la timidez, la austeridad. la seriedad y esas otras características que he citado, también pueden conducir al éxito, y que, en definitiva, el perfil bajo puede triunfar.
Admiro que todavia quede gente de perfil bajo, sin ambiciones destructivas (aunque con ambiciones de otro tipo). No me gusta encontrarme por mi camino a gente trepa; de hecho, cuando los he tenido, los he apartado inmediatamente de mi vida.
Y lo de ser jefe, pues a mi aun no me ha tocado, pero creo que no valdría, sobre todo porque creo que soy demasiado bueno y me paso a tonto. Abusarían de mi en todos los sentidos, estoy seguro...
Por cierto, no te pega que te guste el fútbol. Y menos un equipo mainstream como el Real Madrid...
Hay tantas cosas que no me pegan... A lo mejor un día hablo sobre eso. Por aquello de seguir destruyendo mitos...
Por cierto, mañana contesto a "lo tuyo" ;)
Ejem... me dispuse a buscar en el diccionario de la rae esa palabra que has puesto al principio, y ohh!! no aparece... asi que no soy el único que si inventa palabras...
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AVISO
La palabra "jurgol" no está en el Diccionario.
:D
Por eso va en cursiva, Mazagatos :P.
Y juro que lo del marcador de la RAE de mi última entrada lo escribí antes de leer tanto este comentario como el del blog en el que te metes conmigo.
Chico, como te gusta ir de victima...
:P
Esto del victimismo me lo dicen mucho. Voy a empezar a creer que es cierto...
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