Como no podía ser de otra forma, tras casi dos semanas de ola de calor y temperaturas rondando los treinta grados, ayer cambió el tiempo. Y, claro, tenía que ser ayer, porque era el día que yo iba a un concierto al aire libre, la primera jornada del Wireless Festival. De todas formas, la cosa no fue tan mal como preveían los pronósticos meteorológicos, que hablaban de lluvias torrenciales, tormentas eléctricas e incluso pequeños tornados aislados (!). Llovió un rato, pero nada del otro mundo, y, desde luego, una minucia comparado con lo de Glastonbury.
El recinto me pareció espectacular, nunca más cierto el tópico de "marco incomparable", y la idea de hacer un festival en el mismo centro de Londres me parece genial. La organización y cosas como los accesos me parecieron mucho mejores que las del único referente festivalero que tenía, que es el de Benicàssim, en el que a veces uno parece que pierde algunos de sus derechos elementales nada más llegar a la puerta del recinto. Lo más negativo, el precio y la duración, o ambos combinados. No sé si será precisamente por el emplazamiento urbano que la cosa no puede terminar muy tarde, pero lo de que todo acabara a las diez y media de la noche (!!!) me pareció excesivo. Si va a ser así, como mínimo que empiecen a tocar los grupos a las diez de la mañana, como en otros festivales locales.
Aún así, vi bastantes bandas, y musicalmente hubo de todo, grupos olvidables como Boy Kill Boy o Rilo Kiley, y otros completamente decadentes como los Psychedelic Furs, que todavía andan a vueltas con el "Pretty In Pink". The Bravery y Graham Coxon intentaron a duras penas demostrar que hay vida más allá de sus singles de éxito ("An Honest Mistake" y "Freakin' Out"), y de Fischerspooner sólo vi la última canción, un fantástico "Emerge" que me hizo arrepentirme de habérmelos perdido.
Aparte de New Order, el grupo al que tenía más ganas de ver era Hard-Fi, y no me decepcionaron en absoluto. Aunque utilizan la misma fórmula que todos los recientes grupos clónicos resacosos del brit-pop, tienen ese "algo más" que para mí los hace destacar claramente por encima del resto. En directo me parecieron muy buenos, el cantante tiene voz y presencia, y sonaron realmente bien. Tocaron sus tres primeros singles ("Hard To Beat" me parece, sin duda, uno de los temas del año y sería canción del verano en un país ideal), adelantaron parte de su álbum de debut, "Stars Of CCTV" (a la venta el 4 de julio) e hicieron una magnífica versión del "Seven Nation Army" de los White Stripes. Un diez.
A Moby no me apetecía nada verlo, más que nada porque su música me parece una pesadez, y siempre digo que el "Play" es uno de los discos que más me he arrepentido de haber comprado, porque fue explotado hasta conseguir que lograra aborrecerlo. Con todo, "Lift Me Up" me parece una de sus mejores canciones y el concierto fue realmente divertido. A Ana y a mí nos hizo mucha gracia escuchar la canción de "Somos la Primera" en directo (imposible desligarla de las cortinillas de TVE), él estuvo todo el rato haciendo comentarios realmente agudos e ingeniosos (de "Bodyrock" dijo: "Esta es una de las canciones más mediocres que he compuesto jamás, pero queda muy bien en festivales") y también nos entretuvimos haciendo cábalas sobre el futuro de la cantante que le acompaña ("la nueva Whitney Houston", "seguro que dentro de poco saca un disco en solitario de folk electrónico").
Y como "broche de oro", New Order, con un repertorio muy parecido al del Primavera Sound. Siguen sin tocar "Guilt Is A Useless Emotion" que para mí es sin duda la mejor canción, junto con "Krafty", de su último álbum. Pero, aparte de eso, poco se le puede reprochar a un repertorio que incluye la mencionada "Krafty", "Crystal", "Regret", "True Faith", "Jetstream", "Bizarre Love Triangle", "Blue Monday" o la conexión con Joy Division que hacen con "Love Will Tear Us Apart" o "Transmission". Bernard Sumner me desconcierta un poco. Cada día me recuerda más a Carlos Pumares, tanto por su físico como por su mal humor. Parece estar permanentemente cabreado y tocar por obligación, y, sin embargo, luego se entrega al cien por cien. Un ejemplo de ello fue cuando anunció: "This is 'Blue' Fucking 'Monday'", para inmediatamente añadir: "But we love it". Todo un personaje. Aunque suene a tópico, el público estaba completamente entregado, y me llamó mucho la atención la cantidad de gente de aspecto y actitud completamente
hooligan que son seguidores de un grupo que a nosotros nos parece de lo más sofisticado. Pues no, New Order son paletos, unos paletos geniales.