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jueves, abril 28, 2005

Esta luz nunca se apagará

Para los no iniciados, "Luar" es un legendario programa de la Televisión de Galicia (aka "la gallega") que se viene emitiendo ininterrumpidamente, temporada tras temporada, desde 1992. Leo en la página web de la TVG que "este veterano programa, que después de tantos años en antena sigue siendo líder de audiencia, nació con la intención de dar un lugar propio a la música gallega, contando cada semana con la presencia de invitados llegados desde fuera. Así, los viernes en la TVG, se dan cita los grupos y solistas más destacados del panorama musical actual". Bueno, algo así.

No discuto lo del liderato de audiencia, más que cierto, ni lo de la presencia de la música autóctona, en forma normalmente de grupos de gaitas u orquestas de fiestas populares, o toques de "modernidad" como Carlos Núñez. Lo de que se den cita los grupos y solistas más destacados del panorama musical actual, pues... más bien no. Sí es cierto que por este programa "de variedades", que se suele decir, grabado en una sala de fiestas de un pueblo de A Coruña, pasan Bisbal, Chenoa y similares, pero una de las cosas que le ha dado fama es otro tipo de actuaciones.

Me refiero a ese tipo de artistas que, habiendo tenido éxito en décadas anteriores, normalmente los 70 y los 80, no están ahora en su momento de máximo apogeo. En otras cadenas de televisión a personajes como María Jesús y su acordeón o Arévalo (que estoy seguro de que han estado en el programa en algún momento) los meten en una granja o en una casa para que aireen sus miserias. En Galicia, donde todavía hay esperanza, se los llevan a "Luar". "Clásicos" como El Fary, Manolo Escobar, Juan Pardo, María del Monte, Norma Duval o Sabrina (!) son habituales del programa.

Y Boney M. Que no se me olviden Boney M. Allí estaban una vez más el pasado viernes por la noche, aquellas chicas-señoras haciendo los coros de sus éxitos de antaño y ese señor ya casi anciano haciendo esfuerzos por bailar e intentando contonearse sensualmente como hacía años atrás. Y la cosa sigue funcionando, a juzgar por la animación y los aplausos del público presente, aunque siempre hay quien dice lo de "yo creo que no son los originales". Pues no sé si son exactamente los mismos o no, pero el productor y creador de Boney M, Frank Farian, lo fue también más adelante de... Milli Vanilli, así que, qué más da, señora.

A mí me cuesta seguir más de cinco minutos seguidos de Luar, pero no se puede negar que forma parte de la iconografía gallega y que tiene un público absolutamente fiel (en su mayoría de edad avanzada, de la "generación Fraga"), y que un viernes por la noche sin Gayoso (el presentador de trato familiar donde los haya) no sería lo mismo. Y puestos a presumir de cosas absurdas, he de decir que asistí como público a su primerísima edición, de la que lo único que recuerdo es que tenía como invitadas estelares a Azúcar Moreno. Sí, yo estuve allí.

Y, bueno, puestos a soñar... grupo de los 70, de éxito, aún en activo... me atrevo a sugerir que, para hacer todavía más espectacular ese contraste entre tradición y postmodernidad, inviten algún día a Kraftwerk. Quien sepa de lo que hablo ("Luar" contado pierde mucho) coincidirá conmigo en que sería absolutamente surrealista y genial. Y es que soñar es gratis.

miércoles, abril 27, 2005

Primer contacto

"Vuelvo a casa" (ése es el sentimiento) con la alegría de comprobar que mi ordenador debe de tener también la misma sensación, pues tras cuatro días seguidos en los que no pude hacer prácticamente nada con él (después de encenderlo se me iba automáticamente a modo "sleep" y no era capaz de resucitarlo), hoy va y se pone a funcionar perfectamente, como si nada hubiera pasado. Y yo que ya había hecho las cuentas de la lechera a la inversa con lo mucho que me iba a costar el arreglo (ya no está en garantía) y con la pena que me daba porque este mes se suponía que me iba a recuperar un poco económicamente tras las muchas horas extras que me tienen que pagar, pues a cambiar de chip y si veo que la evolución es favorable incluso cabe la posibilidad de que me compre el nuevo sistema operativo de Apple (OS X Tiger) que sale pasado mañana.

No voy a hacer hoy una entrada demasiado larga, porque estoy cansado del viaje y además mañana tengo que levantarme muy temprano para hacerme un análisis de sangre (rutinario). Pero sí he de decir que vengo con ganas de contar muchas cosas, porque aunque durante estos seis días que he estado en mi pueblo no me ha sucedido nada realmente excitante (o quizá por eso mismo), sí que he tenido mucho tiempo para reflexionar sobre mi vida y milagros, las del pueblo, la televisión española y unos cuantos temas más sobre los que prometo extenderme durante los próximos días. Y he de decir que me ha sorprendido agradablemente encontrarme con lectores insospechados, que siguen mis vivencias y divagaciones incluso con interés, y que se acercaron a decírmelo. Pues nada, yo encantado, permanezcan en sintonía y gracias por venir.

Por apuntar breve y cronológicamente lo sucedido, el viernes salí en Santiago, ciudad encantadora donde las haya, y acabé desayunando con quien siempre (¡gracias!) en el lugar de siempre; el sábado por la tarde visité la peculiar feria de muestras de mi pueblo (era como la teletienda en directo) y su no menos pintoresco desfile de ropa (ya quisiera Getxo Moda...), y por la noche salí también por los lugares habituales (ni mejor, ni peor, exactamente igual); el domingo intenté disfrutar de la fiesta gastronómica hasta que mi cuerpo se resintió definitivamente de los excesos etílicos anteriores; y el lunes y el martes, de café en café, tirando porque me tocaba y agradeciendo el invento del descafeinado que evitó que acabara al borde de un ataque de nervios a lo Juan Valdés.

Y como de contrastes está hecha la vida, hoy al llegar me encuentro con que Luis se ha comprado la espada láser de Luke Skywalker, con unos inquietantes sonidos incorporados que te hacen pensar que va a aparecer en cualquier momento Darth Vader y una luz de neón que ya la quisieran en Las Vegas. Para verlo, de verdad.

Hasta mañana.

jueves, abril 21, 2005

Indiespotting

Esta mañana se ha dado a conocer el avance del cartel del festival de Benicàssim de este año. En principio es un poco decepcionante, aunque yo creo que todos los años pasa más o menos lo mismo, primero la cosa es discretita y luego acaban anunciando bandas más interesantes. Aunque a mí me sucede que las cinco o seis veces que he ido al FIB me lo he acabado pasando genial independientemente de quien actuara. Los grupos que a primera vista me llaman más la atención son Basement Jaxx, Athlete, The Tears, Deluxe, Doves, Underworld, Keane, Fischerspooner, Mylo y Ladytron, aunque de ninguno de ellos puedo decir que sea uno de mis artistas favoritos.

El año pasado, en el que sí estuvieron grupos que me apetecía muchísimo ver (Franz Ferdinand, Fangoria, Maga, Primal Scream, Scissor Sisters, Pet Shop Boys...), no pude ir porque no tenía vacaciones en esas fechas, y este año... no sé, me lo tengo que pensar. Lo cierto es que cada vez me da más pereza, sobre todo teniendo que ir desde Londres: hay que pillarse un vuelo en pleno agosto, luego desplazarse a Benicássim, pasar por la gran incomodidad del camping o buscarse un hotel a un precio razonable (difícil)..., todo ello unido a los 140 euros mínimo de la entrada. Quizá demasiadas cosas. Que conste que hace dos años lo hice: avión Londres-Madrid, tren Madrid-Valencia, otro tren Valencia-Benicássim... y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, a pasar unos días también a casa, así que tren Benicàssim-Valencia, tren Valencia-Madrid, tercermundista tren Madrid-Santiago... Lo interminable del viaje, unido al corte de digestión que sufrí el último día del festival y a los 40 grados de temperatura, hicieron que casi me quede en el intento. Pero aún así, ese festival para mí tiene algo, así que de momento todavía no le cierro las puertas definitivamente.

Al que sí vamos a ir Ana y yo es al Wireless Festival, bueno, al primer día, que a £42 la jornada nos podemos arruinar si vamos todos. Este cartel sí que es irregular. De momento van Moby, The Bravery, Graham Coxon, The Dears, Fischerspooner, Hard-Fi, Dresden Dolls (ni idea de quiénes son estos) y Rilo Kiley (ídem). Pero el hecho de que estén New Order, a los que sí tenemos muchísimas ganas de ver, y de que lo hagan en Hyde Park, que nos queda como a veinte minutos en bus de casa, ha hecho que finalmente nos hayamos decidido. Una buena forma de celebrar mi santo, que es ese día, el 24 de junio.

Y ya que hablo de festivales, me gustaría aprovechar para alabar la imagen del Sónar 2005, una vez más absolutamente genial. Este festival electrónico de Barcelona consigue siempre sorprenderme en todo lo referente a su diseño y publicidad. Si otros años basaron su imagen en elementos tan chocantes como el tuning o Maradona, en este la temática gira en torno a lo que han denominado "antihéroes de la iconografía popular". Y así, nos encontramos de protagonistas a personajes como:

- Arthur Ferguson. En 1925 vendió la Casa Blanca a un ranchero de Texas. Otras ventas famosas: el Big Ben, el Palacio de Buckingham y la Estatua de la Libertad.

- Jessie Gómez. Ganadora de la 84ª edición del Maratón de Boston. Luego se descubrió que había hecho parte del trayecto en metro.

- Maestro Dorban. El mago más popular de la televisión peruana durante la década de los 70. A principios de los 80 iba a realizar un truco en directo que consistía en hacer desaparecer un maletín que contenía 2 millones de dólares. Desapareció con él.

- El Dioni. Sin duda, el más conocido entre nosotros. En 1989 se fugó con 298 millones de pesetas al volante del furgón blindado que custodiaba como vigilante de una empresa de seguridad.

Estos textos están sacados de la propia página web del Sónar (www.sonar.es), que recomiendo visitar para conocer a otros personajes similares.

(P.D. Mañana me voy a casa, con lo cual seguramente no vuelva a actualizar hasta el próximo miércoles. ¡Y el domingo fiesta en mi pueblo y yo sin enterarme hasta ayer de que caía este fin de semana! Hasta pronto.)

Corazón de látex

Hace un rato se me ha dado por releer algunos de los poemas que escribía cuando era mucho más joven. Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero esa vena poética que me duró bastante poco intentaba ser también una especie de diario de lo que sentía en aquel entonces, con la intención de, años después, intentar evocar la sensación del momento. Pues algo de eso ha habido. Me gusta ver lo que pasaba por mi cabeza, lo que sentía, todos los estados por los que pasé: el amor, el despecho, la esperanza, la angustia, la frustración..., tantas y tantas cosas. Qué curioso eso de preguntarse ahora en qué estaría pensando en aquel determinado instante, cómo se me ocurría lo que se me ocurría, cómo me tomaba mi tiempo para plasmarlo en el papel, cómo dejaba un trocito de mí en cada una de aquellas breves composiciones. Sólo por haber evocado todo aquello, siento que aquellas banalidades realmente valían la pena, igual que siento que dentro de unos años me alegraré de leer lo que ahora escribo aquí y de darme cuenta de cómo he cambiado y, espero, mejorado.

Muy poca gente tenía acceso a lo que escribía en aquel entonces. La razón principal era el pudor, la vergüenza, la timidez, el mostrar una parte íntima de mí desconocida para los demás y que me emocionaba mantener en secreto. Otra de las razones era la de las posibles reacciones: de mis amigos me preocupaba que me dijeran que lo que escribía no era una mierda sólo porque eran mis amigos y no querían herirme; de los no amigos o desconocidos, y por tanto más objetivos, me preocupaba que me dijeran que lo que escribía sí era una mierda, e hirieran así mi orgullo o mataran mi pequeña ilusión, síntoma esto también de mi inseguridad congénita.

Habiendo pasado ya tanto tiempo, siendo más capaz de autoanalizar mi ingenuidad y, a veces, falta de pericia, y siendo también un poco más inmune al pensamiento ajeno, me permito un ejercicio de catarsis y exorcismo reproduciendo aquí uno de esos poemas de juventud. Se titulaba, ejem, "Corazón de látex".

"Late mi corazón de látex
y empapa de sangre el recuerdo.
Sangra mi cuerpo, ya desierto.
Desierto de ti, y por eso muerto.
Muere mi vida por dentro,
y por fuera mi aullido es silencio.
Busco ese maldito viento
que hirió mi amor,
y mató mi sueño.

Sueña mi cerebro enfermo,
de locura cuerdo, de mentir sincero.
Miento porque no te siento,
y siento que aún te pertenezco.
Quema mi alma un infierno,
pues tu cielo nunca fue mi reino.
Ardo en el maldito viento
que hirió mi amor,
y mató mi sueño."

miércoles, abril 20, 2005

El cardenal cardinal

Ahora que el cardenal Ratzinger Zeta ha sido elegido nuevo papa, me asalta una duda divina. Normalmente, a los reyes, papas y similares se les suele llamar por su nombre acompañado del número ordinal correspondiente: Juan Carlos Primero, Juan Pablo Segundo, Carlos Tercero, Alfonso Décimo... Pero al pasar del diez, se suele utilizar el cardinal en lugar del ordinal: Alfonso Doce, los Luises franceses, Juan Veintitrés... Lo que no sé es si esto es una convención con alguna base lingüística o simple pereza (los ordinales altos, por poco comunes, nadie suele aprendérselos). ¿Deberíamos decir, pues, Benedicto (ya le vale) Dieciséis o Benedicto Decimosexto? Aunque sospecho que alguno que otro incluso nos sorprenderá diciendo lo de Dieciseisavo, indudablemente incorrecto.

¿Alguien lo sabe a ciencia cierta? Si no, cuando tenga un poco más de tiempo, prometo investigar y responderme a mí mismo.

lunes, abril 18, 2005

Aburrido de esperar

Últimamente la música (actual) me tiene un pelín aburrido. Aparte de que grupos otrora excitantes, como Garbage o Daft Punk tropiezan estrepitosamente en sus nuevos álbumes, hay una proliferación de grupos "clónicos" de lo más tedioso. Yo normalmente escucho una emisora de radio de música alternativa que se llama Xfm, y en los últimos tiempos no me queda más remedio que dedicarme a un deporte que consiste en adivinar si la canción que está sonando es de Athlete, The Libertines, Babyshambles, The Futureheads, Kaiser Chiefs, The Bravery, Feeder, Stereophonics, Razorlight o cualquier otra banda por el estilo. Vale, quizá sea simplificar en exceso, pero lo que no se puede negar es que ninguno de ellos vaya sobrado de originalidad.

Es cierto que algunos de los singles de los grupos mencionados anteriormente están bastante bien, o que dentro de ese mismo estilo también hay cosas que me gustan un poquito más (The Killers, Bloc Party, Interpol, Hard-Fi...), pero ya me da pereza ponerme a investigar dónde está la excepción que se puede salvar de la quema. Y tampoco digo que la fórmula "grupo de guitarras" esté agotada, sino que, al proliferar tanto, es necesario poner ese "poquito más" que te haga destacar, algo de lo que muy pocos pueden presumir (y algo que sí tienen, por ejemplo, Franz Ferdinand).

Por todo eso, he agradecido muchísimo la aparición en esa cadena de radio de un single que llama mucho atención entre la mediocridad de todo lo descrito. Tampoco son el colmo de la originalidad, pero hacen un pop jovial y poco pretencioso muy de agradecer. Se llaman Hal, graban para Rough Trade, y la canción en cuestión se titula "Play The Hits". De momento sólo he escuchado esta y el single anterior, pero la cosa promete. El álbum sale a la venta el 25 de abril y lo espero con ilusión. Por lo de pronto, no sé si como una señal, en la propia Xfm lo han hecho álbum de la semana.

domingo, abril 17, 2005

Recuerdos de Suiza

Ayer Ana celebró su cumpleaños en casa, y, bueno, fue una fiesta extraña que acabó mal y pudo hacerlo mucho peor. A veces la exaltación del ánimo nos hace hacer o decir cosas de las que nos podemos arrepentir al día siguiente. Pero, bueno, nada que la reflexión serena y un análisis más objetivo no puedan solucionar. Afortunadamente, ya todo está arreglado, y el tiempo hará que olvidemos todos los malos rollos.

Lo que más me fastidia y entristece es que, después de toda la ilusión que habíamos puesto para que todo saliera bien, las cosas se torcieran. Dos días recorriendo las tiendas de Tottenham Court Road en busca del regalo perfecto (que afortunadamente le encantó), todo el cariño que puse eligiendo la música, la gente incluso llegada desde España exclusivamente para el cumple... Eso es una de las cosas en la vida que más tristeza me pueden llegar a producir, las ilusiones rotas.

Me consuela saber que es una tristeza pasajera, y que dentro de poco todo volverá a la normalidad, pero no me gusta añadir recuerdos amargos a mi vida personal. En fin, no quiero darle más vueltas, y pido disculpas a todo aquel que no sepa de que va la cosa por no contar más detalles, pero es que no vale la pena, de verdad. Borrón y cuenta nueva.

¡El viernes me voy a Galicia!

Muchos besos para todos.

viernes, abril 15, 2005

Al pie de la letra

Acabo de ver hace un ratito "Spellbound", un entretenido y emocionante documental sobre algo que a nosotros nos puede sonar a chino, pero que en los países de habla inglesa está muy extendido y goza de gran popularidad: los concursos de spelling (o deletreo). El director hace un recorrido por las vidas de ocho de los niños que participan en la final del concurso nacional de la especialidad en Estados Unidos, y nos hace también espectadores de dicha final. Para que engañarnos, la mayoría de los niños que acuden son bastante (y en algunos casos muy) frikis.

Esto de deletrear no suele ser muy comprendido en países como España. La verdad es que aquí cuando das un nombre o una dirección es imprescindible que lo deletrees si quieres que lo escriban tal como es. Pero es completamente normal, igual que el altísimo índice de errores ortográficos que cometen los niños (y no tan niños) de habla inglesa. Si de pequeños algunos se volvían locos por dónde poner una hache, o por si una palabra era con b o con v, puede uno imaginarse cuán difícil debe de ser aprender a escribir correctamente un idioma con una pronunciación tan arbitraria como el inglés. A lo mejor a nosotros no nos parece tan complicado por el hecho de que cuando empezamos a estudiar una lengua extranjera ya partimos desde el primer momento de sus referentes escritos, pero los niños nativos adquieren la lengua de un modo oral y les resulta muy complicado aprender a escribirla con corrección.

Además, en este tipo de concursos, el nivel es altísimo, las palabras a deletrear no son chicken, trousers o house. Algunos ejemplos de las que les ponían a los niños son palimpsest, kookaburra, corollary, darjeeling, microfakia, hellebore, acelus, repetiteur, o la que le dio el triunfo a la niña ganadora: logorrhea.

Para volverse loco.

jueves, abril 14, 2005

El síndrome Fink

Al final de mi adolescencia me dio por escribir poemas. Solían ser bastante breves y tratar de amor, cómo no. Eran también una forma de llevar una especie de diario, de intentar plasmar lo que por aquel entonces pasaba por mi cabeza. Aún los conservo, y, releyéndolos, sí puedo captar un poco de mi esencia vital de aquel tiempo. Un día dejé de escribirlos porque, simplemente, dejé de considerarlo necesario.

Algo más adelante, empecé con los relatos cortos. No fueron muchos, ni muy buenos. Bueno, hay uno que sí salvaría, le tengo bastante cariño y me gusta mucho como empieza. De hecho, en varias ocasiones he partido de ese mismo principio para intentar crear cosas nuevas. Crear cosas nuevas, ese es el problema. Me da la impresión de que se me ha ido la musa, no se me ocurre ya nada. Sí, escribo el diario este, pero también echo de menos orientar algo de mi creatividad hacia la ficción. El problema es ese, que ya no me vienen nuevas historias a la cabeza.

Todo esto viene a cuento de que llevo todo el día pensando algo sobre lo que escribir aquí. Por la tarde empecé a hacer una entrada sobre The Tears, el nuevo grupo de Brett Anderson y Bernard Butler, el núcleo principal de los dos primeros discos de Suede, uno de mis grupos favoritos de la década de los 90, que regresan, a juzgar por "Refugees", su primer single, a aquel sonido y aquella fórmula que los hizo famosos. No fui capaz de terminar, y lo achaqué a la hora, porque bien sabido es que soy un ave nocturna y que mi pico de creatividad empieza después de la medianoche.

La cuestión es, ¿qué factores influyen en la inspiración? ¿Por qué ya no se me ocurren historias nuevas? ¿Por qué algunas semanas son un aluvión de ideas en la cabeza y otras me las paso con la mente en blanco? ¿Puedo tener esperanza, pues, de recobrar la habilidad de escribir cuentos o poemas? ¿Hay algún modo de "entrenar" la creatividad?

Supongo que no hay dos casos iguales, pero algo habrá escrito sobre el tema.

lunes, abril 11, 2005

Sonrisa de ganador

Contra la tristeza, música. Tres canciones con asombrosos efectos terapéuticos:

THE WANNADIES "You And Me Song". Aunque es claramente una canción de amor, como habla de compartir momentos, a mí me gusta más interpretarla como un canto a la amistad. Qué bonito sería entonarla al unísono con tu mejor amigo, abrazados, en un festival de verano.

LA CASA AZUL "El sol no brillará nunca más". Canción contraste, ese género no sé si inventado o perfeccionado por los Pet Shop Boys: letras tristísimas con melodías joviales. Así, aquí, a pesar de que el protagonista tiene el corazón destrozado, la melodía le redime, y ese "Te necesiiitooooooooo..." final, tan Bisbal, es uno de mis momentos favoritos de la música en los últimos tiempos.

THE BOO RADLEYS "Wake Up Boo!". Es una obviedad, pero perfecta para despertarse con buen pie. Esa energía y ese estribillo ("Wake up, it's a beautiful morning, feel the sun shining for your eyes...") nos conducen inevitablemente a la euforia más absoluta. Es casi imposible cantar sin sonreír esta oda al carpe diem que, sin embargo, también nos muestra la sensación agridulce que provoca el decirle adiós a un verano.

sábado, abril 09, 2005

Yo me abro

Si el otro día ver "La hoguera de las vanidades" me provocó una gran decepción, la revisión (tercera, creo) de "Abre los ojos" ha supuesto mi reconciliación definitiva con esta película. Ya por la mitad me di cuenta de que me había engañado a mí mismo y a los demás cuando decía que era una película que no me gustaba porque no me la creía, en gran parte porque la resolución me resultaba muy traída por los pelos. Algo de eso había, pero he de matizar para mayor fidelidad: era un película de la que me gustaba todo excepto el final.

Pero es que después de volver a verla ayer, ya todo me convence plenamente, me parece redonda y brillante. Y ya trago con lo de la crionización (¿se dice así o se dice "criogenización"?, siempre he tenido esa duda desde la primera vez que la vi) y con toda la explicación final. Y además, está esa fabulosa escena onírica en Torre Picasso, un edificio que me encanta, con las torres Kio de fondo (las torres muy bonitas también, aunque pierden mucho por los colores y por el pegote de Cajamadrid).

Más cosas que me gustaron y alegraron: esa dos actrices tan odiadas por muchos y que yo ya defendí en su día (véase esta entrada): Penélope y Najwa, Najwa y Penélope. Ambas magníficas, una tan natural, la otra tan inquietante, en algunos momentos de la película entremezclándose como manda la historia, a veces hasta confundiéndose sus voces, utilizando el mismo tono... Penélope comiéndose con patatas a Eduardo Noriega en la escenas compartidas, él esforzándose por parecer actor, ella tan buena actriz que parece una persona real.

Porque lo más negativo, de lejos, de "Abre los ojos" son dos actores que, para mí, son de los peores del cine español, con permiso de Liberto Rabal y Jorge Sanz: Eduardo Noriega y Fele Martínez. No me los creo nada, y creo que muchas veces ni ellos se creen la suerte que han tenido de estar metidos en ese proyecto y en el anterior de Amenábar, aunque he de reconocer que Noriega va remontando un poco a medida que avanza el metraje, igual que creo que ha ido mejorando poquito a poco a lo largo de su carrera. No se puede decir lo mismo de Fele, que aquí, como sale poco, consigue casi salvarse, nada comparable al desastre de "La mala educación", donde firma una de las peores interpretaciones que jamás haya visto yo en el cine español (junto con Liberto Rabal en "Carne trémula" y Ernesto Alterio en "El otro lado de la cama"). Por cierto, qué bien dirige Almodóvar a las mujeres y qué mal a los hombres.

Dejando esto a un lado, reconozco, como ya he dicho alguna vez, que este es el Amenábar que a mí me encandila, que, no estando mal "Mar adentro", yo prefiero mil veces sus historias de suspense y terror a esta última faceta más convencional que nos ha mostrado. Que igual son historias más tramposas y con más gancho para incautos como yo, pero cómo disfruto cuando juegan conmigo, igual que lo hace M. Night Shyamalan en "El sexto sentido" (prima hermana de "Los otros") o "El bosque", o David Fincher en "The Game" (también familia de "Abre los ojos") o "El club de la lucha". Quiero que vuelvas, Alejandro.

Y acabo poniéndome reinvindicativo, porque muchas veces me molesta ver mis gustos despreciados por personas cuya idea de la cultura sólo pasa por la cultura "elevada", por el cine de arte y ensayo, por la lectura filosófica, por la música impregnada de cargas de profundidad. Defiendo mi derecho a que me gusten más las pelis de Amenábar que las de Kiarostami, a disfrutar del pop más hedonista y desenfadado, a poder compatibilizar "Gran hermano" con "Redes", y ataco el sectarismo y la doble moral (me irrita mucho escuchar críticas a programas de televisión por parte de gente que se excusa diciendo que los ha visto por casualidad, haciendo zapping, "porque yo normalmente ESO no lo veo").

Esto viene a cuento de algunas feroces críticas que he leído últimamente en algún blog con respecto a "El código DaVinci". Parece que este libro que se ha comprado medio mundo hay gente que sólo se lo ha leído de cabo a rabo para poder decir que es una mierda. Pues a mí me gustó, incluso mucho, y esa reacción automática hacia las cosas que es inversamente proporcional al éxito que consiguen me parece muchas veces irrespetuosa con los demás. A lo mejor ese es mi límite intelectual, y si lo fuera, no creo que haya nada malo en ello. Basta ya de no poder disfrutar de las cosas por lo que vayan a decir o pensar los demás, o por miedo a ser criticado. Yo pienso reivindicar siempre mis gustos por ridículos que parezcan, pase lo que pase, porque a estas alturas creo que ya no tengo por qué avergonzarme de nada y soy libre de disfrutar sin ataduras.

Hay que abrirse, abramos los ojos, la mente y todo lo que podamos.

viernes, abril 08, 2005

Hechos y figuras

- Lo primero que pienso cuando abro un ojo por la mañana es: "Esta noche me voy a ir temprano a cama". Nunca lo cumplo.

- Las prisas con las que suelo escribir hacen que casi nunca quede satisfecho con el contenido de mis entradas.

- Esto también se debe a mi perfeccionismo innato. Nunca he estado completamente satisfecho de nada de lo que hecho, de nada. Siempre opino que todo puede hacerse mucho mejor.

- Para esto se necesita mucho tiempo.

- El tiempo es relativo. Qué rápido pasan los años y qué lentas las horas de trabajo.

- Una vez tuve un trabajo tan malo (para los que me conocen, el último que tuve antes de venirme aquí, ese en el que estuve tres meses y medio y que era en la misma compañía en la que trabajo ahora), que se me quitaban las ganas de todo. Gané mucho dinero, pero fui tremendamente infeliz.

- Nunca menciono la compañía para la que trabajo, y agradecería que nadie lo hiciera.

- Aquel trabajo era tan mecánico y alienante que en aquella época me identificaba mucho con la Björk de "Bailando en la oscuridad".

- Un truco que tenía para que se me pasara el tiempo en aquel infierno (debido a las características del trabajo en sí y al ruido incesante, era prácticamente imposible hablar con nadie durante las ocho o nueve horas que estaba allí) era cantar, a veces mentalmente, a veces de viva voz (nadie me oía, y si me oían me daba igual) discos que me sabía de memoria, o casi de memoria. En concreto, el "Gran Fuerza" de Astrud y el "OK Computer" de Radiohead. Cuando terminaba sabía que habían pasado cuarenta o cincuenta y cinco minutos, respectivamente.

- Tengo metidas en el ordenador 4425 canciones. Según las estadísticas del iTunes, 1815 no las he escuchado nunca, al menos en el propio ordenador o en el iPod.

- Las diez canciones que más he escuchado en estos dos medios de reproducción son: 1) FANGORIA "Retorciendo palabras" (43 veces), 2) KEANE "Somewhere Only We Know" (35), 3) ASTRUD "Me desdigo" (34), 4) ASTRUD "Todo da lo mismo" (34), 5) FANGORIA "La mano en el fuego" (34), 6) PET SHOP BOYS "Flamboyant" (34), 7) FANGORIA "No sé qué me das" (33), 8) ASTRUD "He vuelto" (30), 9) ASTRUD "Masaje" (26), 10) ASTRUD "Caridad" (26).

- Ayer Ana atendió en el trabajo a Neil Tennant, de los Pet Shop Boys. Chris Lowe también estaba. Fueron a ver la exposición de Caravaggio.

- En la pared de mi habitación tengo una foto de cada uno de ellos, en concreto las que vienen en las carátulas interiores del LP "Discography".

- Mi canción favorita de la historia fue durante bastante tiempo "Paranoid Android" de Radiohead. Hoy en día hay otras canciones de este grupo que me gustan más. Durante otro período (más breve), probablemente lo fuera "This Is Hardcore" de Pulp. En este momento, si tuviera que quedarme con una, elegiría "Personal Jesus" de Depeche Mode.

- A la hora de elegir una canción favorita, uno de los factores que más pesan es el de los recuerdos que me evoca, y la(s) época(s) de mi vida con la(s) que la asocio.

- Esta entrada no la he escrito hoy, sino ayer por la noche, justo después de la anterior, y todo fue surgiendo muy espontáneamente.

- Normalmente tengo más o menos pensado de antemano lo que voy a escribir ese día. Otras veces, no tengo ni idea, y simplemente improviso.

- Los títulos de las entradas, salvo muy contadas excepciones, siempre tienen que ver con el contenido, y se me suelen ocurrir mientras las estoy escribiendo. Lo que pasa es que a veces las conexiones son muy remotas y tan solo yo las sé.

- A menudo me planteo si, en mi caso, tener un blog es o no un síntoma de egocentrismo. Todavía tengo dudas.

- Como norma general, nunca estoy cien por cien seguro de nada.

jueves, abril 07, 2005

Vuelva usted mañana

Quejas, quejas y más quejas. Mira qué nos gusta quejarnos. Esta mañana, yendo al trabajo, una chica nos dio la brasa durante más de veinte minutos conversando con su hermana por teléfono (en español). Que si su hermano quinceañero está muy consentido, que si le roba dinero a su papa (sin acento), que si después le echan la culpa a ella de eso, que si esto ya se veía venir, que un día nos saca la navaja y tenemos un disgusto, que si ha pensado en denunciarlo a la policía pero es inútil porque es menor y no le van a hacer nada, que si hace falta lo metemos en un reformatorio, que qué se cree el mocoso eso, que si encima sospecha que igual les ha salido marica... (que introdujera esto último después de haber dicho lo anterior me pareció espeluznante). Vamos, que el chiquillo debe de ser una buena pieza, pero a mí, que tenía un dolor de estómago terrible y no me apetecía ni escuchar música y aislarme, y al resto del autobús, que encima no entendía ni jota, nos retumbaban los oídos del volumen atronador de sus palabras. Qué mal me sienta lo del móvil en los transportes públicos, la gente que no aprecia la intimidad propia ni el respeto a los demás. Y ahora dicen que llegará aquí en breve una tecnología ya existente en otros países que permite que se pueda utilizar también en el metro. Pues vaya...

En el trabajo, más quejas. No me gusta hablar, no lo hago nunca, o casi nunca, del sitio donde trabajo, por varias razones. Primero, porque soy de esas personas para las que su trabajo es solo eso, un trabajo, en el que estoy con el único objetivo de ganar dinero, y me olvido de él desde el mismo momento en que salgo por la puerta. Segundo, porque en parte estoy contento de tener un contrato de treinta horas semanales y al mismo tiempo un sueldo razonable que me permite vivir más o menos bien, y estos turnos alocados (he tenido cinco días libres seguidos, ahora trabajaré seis, luego otros tres libres, luego otro día sí, luego otro que no) que a veces me hacen no saber muy bien en qué día vivo, pero que también consiguen alejarme de la rutina y del típico "lunes a viernes + fin de semana" en el que consiste la vida de tanta gente, y la mía hasta hace no tanto. Y tercero, porque sí hay muchas cosas de mi trabajo que no me gustan y que criticaría, pero no lo hago porque no me parece ético hablar mal de quien me da de comer. A lo que iba es que, por las características de mi ocupación, tengo que tratar todos los días con muchos clientes, de los cuales un gran porcentaje vienen también a quejarse, y que a veces uno está hasta el gorro de ser la vía de desahogo de los demás. Que yo también tengo días malos y también vivo en un ciudad muy estresante y no lo pago tanto con los demás, caray.

Y, tomando café con algunos de mis colegas, pues, claro, más quejas, y otra vez a escuchar la misma historia que llevo escuchando cíclicamente durante tres años. Un chico recién llegado hablando mal, o fatal, de la burocracia inglesa, y, por supuesto, por extensión, del país, o de ese ente llamado "los ingleses". Que es muy difícil abrirse una cuenta del banco, que lo de pedir cita para que te den el National Insurance Number es un rollo, que si mi casero esto, que mi vecino lo otro, y, finalmente, la guinda que siempre acaba por llegar: que en España las cosas no son así, que todo es más fácil y TODO ES MEJOR. Ay, esa actitud... Qué poco me gusta que la gente venga predispuesta a comparar, a pensar que todo debe ser igual, y que todo el monte es orégano. Y qué poco me gusta la postura de rechazo sistemático a lo ajeno, o venir a otro país pensando que es lo mismo que mudarse al piso de arriba, que todo van a ser facilidades, que nos lo van a dar todo hecho. Qué manía con venir desde el primer momento a sentirse extranjero y a criticar, en vez de intentar integrarse y disfrutar de la diversidad y la riqueza de una cultura ajena.

La cuestión es quejarse, así que yo también me quejo de los que se quejan.

miércoles, abril 06, 2005

La santa inquisición

Anoche estuve viendo en la tele "La hoguera de las vanidades", de mi admirado Brian DePalma. Yo esta película la había visto a los veinte años, más o menos, supongo que cuando la pusieron en Canal+, y me gustó mucho, la verdad. Tanto fue así que me picó la curiosidad y me leí el libro de Tom Wolfe en el que está basada, que me gustó todavía más. Si bien ya en aquel momento me pareció que la adaptación era un poco superficial y que se perdía mucha de la enjundia del retrato de la sociedad norteamericana del momento y de esa nueva estirpe, el yuppie, de la que Sherman McCoy era máximo representante, nunca llegué a entender del todo las exageradas (para mí) críticas que se hicieron a la adaptación cinematográfica.

Pues, vaya, ayer las entendí todas de repente. Qué chasco, me gustó muy poquito. Luis dice que la historia puede que funcione literariamente pero que es muy poco cinematográfica, que hay muchas escenas que son simplemente de continuidad narrativa y que no mantienen en ningún momento la tensión dramática. Probablemente haya algo de eso, pero yo creo que el problema es que el guión está simplemente mal adaptado a la pantalla, que esa misma historia podría haber funcionado perfectamente si hubiera caído en manos de otro guionista. Me vino a la cabeza "L.A. Confidential", que parte de una novela al parecer muy complicada (no la he leído) y es a veces difícil de seguir (la peli), sobre todo la primera vez que se ve, pero que contiene varios elementos muy cinematográficos (las "prostitutas-doble", por ejemplo), que la hacen brillar con luz propia independientemente de su referente literario.

Y parte de la culpa la tiene también el propio DePalma, primero, por esas exhibiciones de técnica con las que siempre nos deleita, y que aquí nunca acaban de acomodarse a la historia (en el plano-secuencia del principio parece que quiere decirnos: "Lo hago ya y así ya me lo quito de encima", la clásica división en partes de la pantalla...), y segundo, por la dirección de actores. Porque digo yo que el que los actores estén tan mal será en gran parte culpa suya. Bruce Willis, fatal; Melanie Griffith, pse, a ratos divertida; Tom Hanks, para matarlo; Kim Cattrall (la Samantha de "Sex And The City"), la peor... Todos al límite, muy histriónicos, supongo que con una exageración buscada de antemano, pero exageradísimos dentro de la exageración.

Es lo que pasa a veces, dicen que es mejor quedarse con el buen recuerdo que algo nos dejó y no arriesgarse a llevarse decepciones. Es una opción, pero yo prefiero correr ese riesgo y saber apreciar las cosas en la medida adecuada a cada momento, que así también aprendemos a apreciar la subjetividad y lo efímeras que pueden ser las percepciones y las opiniones. Hasta ayer esta película me encantaba, hoy me parece mediocre. ¿Cuánto he tardado en cambiar de opinión, diez años o un día?

lunes, abril 04, 2005

En la cama con Ripitup

Mecano es un grupo al que siempre le he tenido mucho cariño, que todavía conservo hoy en día. No en vano, fue mi banda favorita entre los ocho y los diecisiete años, aproximadamente, desde su álbum de debut hasta el "Aidalai". Los descubrí gracias a mi hermano, que se compró el single de "Me colé en una fiesta" cuando yo era pequeño, algo bastante extraño, por cierto, porque sus gustos nunca han ido precisamente por ahí. A partir de entonces, me enganché a ese curioso e inimitable trío, jugaba a hacer playbacks con mi prima Carmen (bueno, no exactamente playbacks, ella siempre quería ser Jose María y yo Nacho, ninguno de los dos se pedía nunca ser Ana) y empecé a comprarme todos sus discos en el mismo momento de su lanzamiento.

Aún hay muchas canciones de ellos que me siguen gustando como el primer día, y me siguen pareciendo unos pioneros del pop en español y un grupo absolutamente original y, como he dicho, inimitable. Coincidiendo con el lanzamiento, no hace mucho, del disco de homenaje que les han hecho y del estreno del musical "Hoy no me puedo levantar", me gustaría hacer un pequeño análisis sobre sus surrealistas letras. El hecho de que las tenga tan asumidas, y que muchas veces las memorizara sin atender a muchos detalles, hizo que a menudo pasara por encima de cosas que, ahora, con perspectiva, son dignas de atención.

Ya desde el principio se sacaron de la manga frases tan peculiares como estas, que cantamos con toda naturalidad sin reparar en su ¿contenido?:

"Allí me colé, y en tu fiesta me planté. Coca-Cola para todos y algo de comer". ("Me colé en una fiesta").

De vez en cuando, no se cortaban en absoluto en introducir deslices lingüísticos:

"Este cementerio no es cualquiera cosa, pues las lápidas del fondo son de mármol rosa". ("No es serio este cementerio").

"Te dije: 'Nena, dame un beso'. Tú contestastes que no". ("La fuerza del destino").

"No hay que esperar milagros porque tampoco los pedías cuando hicistes el amor". ("Ay qué pesado").

Uno de los géneros clásicos de Mecano es la canción-leyenda, que a menudo terminaban con epílogos sobrenaturales como los siguientes:

"Y las noches que haya luna llena, será porque el niño esté de buenas. Y si el niño llora, menguará la luna para hacerle una cuna". ("Hijo de la luna").

"Incluso hay gente que asegura que, cuando hay tempestad, las olas las provoca Miguel, luchando a muerte con el mar". ("Naturaleza muerta").

"Una noche por el telescopio, una nueva luz apareció. Nadie pudo darle una explicación al asomo del nuevo sol. Y si hacemos caso a la leyenda, entonces tendremos que pensar que en la tierra hay un perra menos, y en el cielo una estrella más". ("Laika").

Si bien una de las características de sus letras era la claridad y el llamarle a las cosas por su nombre, a veces se ponían excesivamente crípticos, sobre todo Jose María, y costaba un poco seguir exactamente el argumento de la canción:

"Entre el cielo y el suelo hay algo con tendencia a quedarse calvo de tanto recordar. Y ese algo que soy yo mismo, es un cuadro de bifrontismo que sólo da una faz. La cara vista es una anuncio de Signal, la cara oculta es la resulta de mi idea genial de echarte. Me cuesta tanto olvidarte...". ("Me cuesta tanto olvidarte").

"Cuando regresa, no hay más que un somier taciturno que usar por turnos". ("Cruz de navajas").

¿Un anuncio de Signal? ¿La cara oculta es la resulta? ¿Un somier taciturno?. Um, creo que me he perdido.

Algunos estribillos de Nacho tampoco eran moco de pavo. ¿Qué pretendía decirnos exactamente con esto? ¿Habría algún mensaje oculto?:

"Ay, Dalai Lama, Dalai Lama, Dalai. Ay, Dalai Lama, ay, Dalai, Dalai. Ay, Dalai". ("Dalai Lama").

Vete tú a saber... Pero para mí lo más valiente y chocante siempre han sido esas rimas imposibles. ¿Quién más se atrevería a rimar "amantes" con "elegantes", "antes" y "guantes"?:

"Yo soy uno de esos amantes, tan elegantes como los de antes, que siempre llevan guantes". ("Los amantes").

Machín es una palabra ciertamente difícil de rimar, pero como estamos hablando de maracas, nos quedaría muy bien introducirla, así que utilicemos la imaginación:

"Hawaii-Bombay, toco una maraca. Pachín, pachín, canto una de Machín". ("Hawaii-Bombay").

¡Conseguido! Otro truco si no se encuentra la palabra adecuada es hacer una pequeña variación e introducir un neologismo:

"Hawaii-Bombay, a la luz del flexo. Hawaii-Bombay, nos damos un bexo". ("Hawaii-Bombay").

Y más colmos de la rima consonante. ¿Con qué rima "tranvía? Con "vía", por supuesto...

"Te levantas, y al tranvía. Tú vas mirando la vía." ("Japón").

¿Y "dependientes"...?

"Entre los muebles y los dependientes, he visto un cuadro, he visto unos pendientes." ("Busco algo barato").

Pero, atención, que aquí llega la más absoluta perfección de esta técnica. No contento con rimar "gritos", "pitos", "españolitos" y "bajitos", al final, Nacho rima "vez" con... "vez" (!).

"Entre gritos y pitos, los españolitos, enormes, bajitos, hacemos por una vez, algo a la vez". ("Un año más").

Impresionante. Tras muchos años de silencio, Mecano volvieron con aquel recopilatorio, "Ana Jose Nacho", que pasó sin pena ni gloria. Eso sí, en algunos de los temas inéditos que incluían, demostraban que habían llegado al cénit de su creatividad en lo que a las letras se refería. ¿Quién se hubiera imaginado que Ana Torroja acabaría cantando con su vocecita cosas tan ¨duras¨como esta?:

"Y si me vuelven a asaltar las ganas de petardear, dame dos hostias y hazme ver que estar aquí es un milagro que se puede compartir". ("El club de los humildes").

Y, también incluía, finalmente, su GRAN OBRA MAESTRA, un compendio de todo lo visto que reproduzco casi íntegramente. Merece la pena:

"Cuando me desperté, y vi a otro tío acostao de espaldas a mi lao, me dije: 'El pavo este, ¿quién es?'. Luego ya razoné, la culpa es del alcohol, debí mezclar ayer hasta volverme maricón. ¿Y qué dirán de mí? ('Dirán que eres gay'). Lo tendré que asumir ('No te apures, rey'). ¿Me aceptarán tal cual? ('Verás como sí'). Stereosexual. Con mi novia, no sé, creo que se lo diré de forma gradual para que no le siente mal. Pero por el squash es mejor no volver, no sea que un día en las duchas no me pueda contener". (...) "Y por el otro lao ('por el lao de atrás'), no debe estar tan mal ('¡pero si es lo más...!'), si hay un tanto personal ('pruébalo y verás'). Stereosexual. Cuando me había hecho a la idea, el maromo despertó, y resultó ser una tía con el pelo a lo Grace Jones. Y aunque ya se fotocopie por delante y por detrás, a mí me sale más a cuenta por un lado nada más". ("Stereosexual").

Ahí queda eso. Aunque esto esté escrito en tono jocoso, he de rendirme a la originalidad de estas composiciones. Creo que es un ejemplo de eso que a veces se dice: "Letras así también las escribo yo", pero, curiosamente, nunca, nadie más, ha sido capaz de hacerlo.

(Erm, el título de la entrada de hoy no tiene nada que ver con su contenido. Es simplemente un chiste privado, un homenaje a alguien muy especial, con el único objetivo de levantar falsos rumores...).

domingo, abril 03, 2005

Mi vida en un fin de semana

Anoche fuimos al cumpleaños de Rebeca. Primero cenamos en una pizzería del Soho que tiene la bonita particularidad de que dos músicos de jazz te amenizan la velada mientras estás comiendo. Luego el plan era ir a The Cross, pero finalmente nos fuimos al Heaven, por decisión de parte del sector masculino. Allí, mucho bailoteo y diversión, poco ligoteo (lo mejor, Alberto, diciéndome: "Haces bien, no me gusta para ti", tras darle yo calabazas a un ligue potencial), y me volví a encontrar a Delroy, un ex-compañero de mi anterior trabajo al que veo a menudo en diferentes e insospechados lugares. Y mira que es grande Londres. Tras el Heaven, cuatro valientes supervivientes decidimos irnos a un after, el Beyond. No sé qué me pasa a mí con los afters, que nunca me lo paso bien. Siempre me parece buena idea de antemano y soy el primero en apuntarse, pero luego, nada más entrar por la puerta, estoy deseando irme. Por lo menos, el Beyond me queda cerca de casa, así que, tras poco menos de una hora allí dentro, me fui, andando, y en veinte minutitos ya estaba metido en cama. Y hoy, típico día de vegetal de sofá, intentado sobreponerme a un cansancio que me anula y que casi hace que hoy no escribiera nada.

viernes, abril 01, 2005

Historias para no dormir

Hoy, un pequeño ejercicio no apto para corazones sensibles. Dos vídeos que provocan auténtico desasosiego.

El primero dura sólo treinta segundos y es una animación creada por el adolescente americano que provocó la masacre en un colegio de Minnesota. Puede verse aquí (y luego pulsando en "Click here to view").

El segundo es más largo, catorce minutos, pero igual de digno de estudio y reflexión. Es el famoso vídeo de la FAES, la Fundación presidida por el ex-presidente Aznar. El autor: Miguel Ángel Rodríguez; el título: "Tras la masacre". Puede accederse a él a través de la propia página de la FAES.

¿Cuál da más miedo?